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 * Buscan aprehender a defensores del bosque

 Presencia militar en un pueblo donde se originó el movimiento ecologista

 * Banco Nuevo es problemático por la siembra de enervantes, dice un oficial sobre el motivo de sus actividades en esta comunidad, conocida porque aquí estuvo Digna Ochoa, y fue vigilada por soldados, dos semanas antes de ser asesinada

Maribel Gutiérrez, Banco Nuevo, sierra de Petatlán (Primera parte) * Los últimos días de marzo los campesinos ecologistas de esta comunidad vivieron con sus familias días de zozobra y temor, como ha sido frecuente desde 1998 cuando comenzó la persecución del Ejército contra los defensores del bosque, que han sido acusados de siembra de enervantes, portación de armas prohibidas, homicidio, de pertenecer a grupos armados o de cualquier otro delito.

Unos 30 militares de 19 Batallón de Infantería con sede en Petatlán llegaron el martes 25 de marzo, y se retiraron nueve días después, el miércoles 2 de abril. A partir de entonces se desplazaron hacia la costa, pero siguen en la misma ruta de la sierra.

Los soldados ocuparon como cuartel una casa particular dentro de Banco Nuevo, comunidad que es conocida incluso fuera del estado de Guerrero y del país, porque está en la ruta donde surgió el movimiento ecologista hace cinco años, y después, aquí estuvo la abogada Digna Ochoa, y grabó con una cámara de video a soldados del Ejército, el 2 de octubre de 2001, sólo 17 días antes de ser asesinada en la ciudad de México.

Esta vez, los soldados estuvieron en Banco Nuevo ocho días, y al noveno día fueron a tratar de arrestar a Jesús Bautista Fuerte, uno de los fundadores de la Organización Ecologista de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán, uno de los diez que tienen órdenes de aprehensión, y uno de los cuatro campesinos ecologistas perseguidos por el Ejército que en septiembre de 2001 pidieron la ayuda profesional de Digna Ochoa para su defensa jurídica.

Jesús Bautista y su hermano Servando, son de los que más han sido perseguidos por el Ejército, especialmente desde febrero de 1999, y por eso buscaron la asesoría jurídica de la abogada Digna Ochoa.

Jesús Bautista habló con Digna Ochoa en una reunión en El Zapotillal, el 1 de octubre de 2001, y además de la defensa jurídica le pidió ayuda para la atención médica de su hijo más pequeño, que nació ciego, y nunca lo han podido llevar con un especialista porque su padre teme ser detenido si sale de la sierra.

Fue ampliamente conocido un video grabado en Banco Nuevo, donde aparecen soldados transitando por el pueblo, unos a pie y otros en vehículos todo terreno, cerca de la iglesia donde Digna Ochoa estaba recabando testimonios de los campesinos ecologistas sobre la represión, y cuando pasan los militares ella se levanta, graba las imágenes, y comenta que no es legal que los soldados estén dentro de los pueblos.

Conversación en un retén

El martes 1 de abril, un oficial del 19 Batallón de Infantería del Ejército dijo que el agrupamiento militar que se encontraba en la entrada de esta comunidad de la sierra no tenía alguna indicación de actuar contra los integrantes de la Organización Ecologista de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán. Sin embargo, al día siguiente fue a buscar al ecologista Jesús Bautista Fuerte, “para aprehenderlo”.

El miércoles 2 de abril, el oficial militar se encontró con unos trabajadores y les dijo que buscaba a Jesús Bautista, a quien llamó Chuchiyo, para aprehenderlo, porque dijo que él le había tirado en la barranca.

Con esta visita de un agrupamiento militar al lugar apartado donde vive la familia Bautista se confirmó que los soldados del 19 Batallón que habían llegado el martes 25, y que tenían un comportamiento extraño porque aparentemente no hacían nada, ni tenían alguna actividad, en realidad iban a arrestar a Jesús Bautista Fuerte.

No lo arrestaron, porque como ha vivido desde hace cuatro años, Jesús Bautista no estaba en su casa. Ha vivido escondiéndose en la sierra, en cuevas, bajo los árboles o en barrancas, durmiendo en el piso, con frío o con lluvia, y lejos de su familia.

Este miércoles 2 de abril la visita de los soldados a la casa de Jesús Bautosta Fuerte y Servando Bautista Fuerte atemorizó a las mujeres y los niños, que llevan más de cuatro años viviendo con el miedo de que lleguen los militares y se lleven a los hombres o a algún miembro de la familia.

Un día antes, el martes 1 de abril, en un retén de soldados en la entrada de Banco Nuevo, el oficial del 19 batallón de apellido Angel afirmó que los soldados se encontraban en este lugar en aplicación de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y en el combate al narcotráfico.

Afirmó que a diario su unidad localiza en esta comunidad ocho o nueve plantíos de enrevantes, amapola y mariguana, y dijo que los destruyen, pero la gente vuelve a sembrar en los mismos terrenos. “Es cuento de nunca acabar”, dijo el oficial Angel sobre la destrucción de enervantes en la sierra de Petatlán.

También dijo que el Ejército busca armas de fuego, y que en este lugar su unidad no había localizado alguna, e investiga el robo de motos (cuatrimotos que es el transporte más utilizado en la sierra porque puede entrar a todo tipo de terreno) que es un problema que se ha agravado en esta región.

En cuanto a la búsqueda de grupos armados guerrilleros, el militar dijo que no es de sus actividades, porque estos grupos “se han calmado”, “aquí casi no han salido”.

Según el oficial del Ejército, esta comunidad se considera problemática por la siembra de enervantes.

En esta región, a mediados de marzo la Procuraduría General de la República (PGR) realizó operaciones para fumigar plantíos de enervantes desde el aire, con helicópteros. Incluso, el 13 de marzo, un helicóptero cayó por accidente cuando se enredó con cables de electricidad en el ejido de Corrales.

Banco Nuevo es una de las comunidades de la sierra donde surgió la Organización Ecologista, en 1998, y donde los campesinos ecologistas fueron reprimidos, acusados de pertenecer a grupos armados, y en julio de ese año el poblado fue ocupado por tropas del Ejército y abandonado por casi todos los habitantes, porque los soldados torturaron al comisario y amenazaron con matarlos a todos.

En el retén militar en la entrada de Banco Nuevo, el martes 1 de abril se le preguntó al oficial del Ejército si este agrupamiento tiene alguna instrucción en relación con los campesinos ecologistas.

–No. A mí nunca me han dado alguna orden respecto a los ecologistas.

–¿Tiene alguna orden para detener a los ecologistas?

–No tenemos orden para aprehender a nadie. Para eso se necesitaría la orden de un juez, y vendrían agentes de la Procuraduría. Que yo sepa, nosotros (los militares) no subimos a buscar gente, a detenerla.

El militar dijo que esta es una comunidad que se considera problemática por la siembra de enervantes.

Insistió: “No tenemos ninguna otra indicacioón respecto a los ecologistas”.

Pero al día siguiente, unos 12 soldados, aparentemente a cargo del mismo oficial, se trasladaron a la casa de Jesús Bautista, y lo buscaban para detenerlo.

 Soldados tras los ambientalistas

 Campesinos de Banco Nuevo explican que los militares han utilizado la misma táctica para detener a los ecologistas: Ponen su campamento cerca de las casas de los ecologistas perseguidos, y dicen que vienen combatiendo enervantes, pero en realidad no hacen nada, y están ahí para ver si se pueden llevar a algún detenido.

Dicen que los militares llevan “conocedores”, es decir, soldados originarios de la misma comunidad, y van para señalar a los campesinos ecologistas.

En Banco Nuevo y en El Rincón del Refugio hay antecedentes de incursiones de tropas del Ejército para detener a campesinos ecologistas acusados de diversos delitos, que los campesinos denuncian como delitos falsos y fabricados con el fin de reprimir al movimiento en defensa del bosque.

Entre los casos más conocidos está el del ecologista Gerardo Cabrera González, detenido por soldados el 14 de julio de 2001, y después acusado de portar armas de fuego prohibidas.

Cuando se llevaron a Gerardo Cabrera, actualmente preso en Acapulco, los soldados dijeron que venían a destruir enervantes, y acamparon en Banco Nuevo. Gerardo tenía orden de aprehensión, y no se retiró, pensó que no lo iban a detener porque tenía un amparo de un juez federal contra la orden de aprehensión. A los nueve días de estancia en el pueblo, los soldados arrestaron a Gerardo y se lo llevaron a su cuartel en Petatlán.

Recuerdan que cuando arrestaron a Gerardo los militares llevaban para señalarlo a un soldado que es originario de La Angostura, localidad que forma parte de Banco Nuevo.

Por eso, en esta ocasión, desde que los soldados llegaron a finales de marzo, los ecologistas sospecharon que intentarían llevarse a alguien.

Durante la estancia de las tropas en el pueblo, los campesinos perseguidos no pueden trabajar. Tienen que huir a los lugares de la sierra de más difícil acceso. Dejan a la familia, a su mujer y a los niños solos, con miedo de que los soldados lleguen y se metan a las casas y los interroguen y amencen, como lo han hecho muchas veces.