Dice
desconocer por qué se le persigue
Dirigente
indígena del Consejo del Alto Balsas pide que lo deje de
hostigar la AFI
Denuncia
que lo buscaban para detenerlo poco antes de su salida a
Ginebra, Suiza, para exponer la situación de los indígenas de
México ante la 60 Sesión de la Comisión de los Derechos
Humanos de la ONU
El
presidente del Consejo Náhuatl del Alto Balsas, Marcelino Díaz
de Jesús, llamó ayer al gobierno federal para que“cese” la
persecución y el hostigamiento que la Agencia Federal de
Investigaciones (AFI), está ejerciendo en su contra, para
“intentar detenerme por defender los derechos de los pueblos
indígenas en foros internacionales”.
Díaz
de Jesús explicó por vía telefónica, que desde el 1 de abril
mientras se dirigía a la reunión de la Comisión de Derechos
Humanos de la ONU, a llevarse a cabo en Ginebra, Suiza, la AFI
lo ha buscado para aprehenderlo, “yo desconozco el por qué,
aunque presumo que tiene que ver con la defensa de los derechos
de los pueblos indígenas”, dijo.
Aseguró
que desde esa fecha, mientras se dirigía la 60 Sesión de la
Comisión de los Derechos Humanos de la ONU, llegaron agentes de
la AFI “preguntando por mí”a la presidencia municipal de
Tepecoacuilco de donde es originario.
Ahí
en el Ayuntamiento, según Díaz de Jesús, los recibió el
secretario municipal, Genaro Alejandro Adame, quien luego de
atenderlos, “se comunicó conmigo –cuando se encontraba en
el aeropuerto– para decirme: ten cuidado te anda siguiendo la
AFI”.
A
pesar de ello, en la sesión de Ginebra, Díaz de Jesús exigió
la presentación con vida del dirigente mixteco e integrante del
Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia Indígena, Gregorio
Alfonso Alvarado.
Pidió
también la liberación “inmediata” del indígena tének,
–presidente del Parlamento Indígena Estatal de San Luis Potosí–,
Domingo Rodríguez Martell; del tarahumara, Isidro Baldenegro López
y exigió castigo a los seis militares que violaron a mujeres
indígenas de la comunidad de Caxitepec, municipio de Acatepec.
Asimismo
acudió a recoger ante la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) el resultado de la denuncia que interpuso el
Sindicato de Trabajadores de La Jornada (Sitrajor) y la Asamblea
Nacional Indígena por la Autonomía (ANIPA), por incumplimiento
del gobierno mexicano al convenio 169 en cuanto a pueblos
indios.
Ese
mismo día –el 8 de abril– mientras denunciaba y criticaba
el informe del relator especial para los Derechos Humanos y
Libertades Fundamentales de los Indígenas de la ONU, Rofoldo
Stavenhagen, por “insuficiente”, agentes de la AFI acudió a
su casa ubicada en Xalitla –comunidad de Tepecoacuilco– y a
su hermano, Floreano Díaz de Jesús, “le preguntaron por mi,
diciendo que iban a detenerme”.
“Desconozco
de qué se me acusa, pero mi abogado logró la suspensión de
esa orden de aprehensión, pero mañana –este vienes–
concertamos de qué se trata, aunque no es más que acto de
represión política, me siento un perseguido político por mi
trabajo en la ONU”.
Finalmente
Díaz de Jesús llamó al gobierno federal para que “cese esta
represión política, esta persecución y hostigamiento”,
asimismo llamó a las organizaciones sociales indígenas a estar
atentas ante “esta injusticia”.
Insistió
en que el gobierno federal “debe de moderar su acciones y a
quien debe castigar es a los militares que violaron a las indígenas”,
y advirtió que a pesar de esta “persecución política, no
vamos a callar, vamos a seguir denunciando las violaciones a los
derechos humanos de los indígenas”.
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