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Se organizan me’phaa para
exigir la salida de tropas
Militares
amenazan de muerte a indígenas
que denunciaron a soldados
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La Organización de Pueblos
Indígenas Me’Phaa informa
de nuevos actos intimidatorios
contra Fortunato Prisciliano
Sierra y su esposa Inés Fernández,
quien en marzo de 2002 fue
violada por efectivos del 41
Batallón
Soldados
del 48 Batallón de Infantería
amenazaron de muerte al indígena
Fortunato Prisciliano Sierra;
le dijeron que lo van a matar,
si sigue denunciando la
violación de su esposa, Inés
Fernández Ortega, que
cometieron efectivos del Ejército
en marzo de 2002, informó la
Organización de Pueblos Indígenas
Me’phaa.
El
22 de marzo de 2002, en la
comunidad de Barranca Tecuani,
municipio de Ayutla de los
Libres, la indígena me’phaa
Inés Fernández Ortega fue
violada por dos soldados del
Ejército, del 41 Batallón.
La comunidad y la organización
a la que pertenecen los
afectados denunciaron que los
mismos militares robaron
objetos y alimentos de las
familias indígenas.
Las
denuncias fueron presentadas
por los agraviados ante el
agente del Ministerio Público
de Ayutla, pero en lugar de
avanzar en las
investigaciones, envió el
expediente de la violación a
Inés Fernández al Ministerio
Público Militar.
La
indígena agraviada, su
familia, su comunidad y su
organización rechazaron que
la investigación fuera
turnada a las autoridades
militares, porque consideran
evidente que lo único que harán
es encubrir los delitos, además
de que la Constitución
establece claramente que no
pueden intervenir las
autoridades militares en los
casos que involucren a
civiles.
Por
medio del Centro de Derechos
Humanos de La Montaña
Tlachinollan, Inés Fernández
presentó en un juzgado
federal una demanda de amparo,
para que no sean las
autoridades de justicia
militar las que se encarguen
de la investigación.
Actualmente esperan que el
juez resuelva el amparo.
Desde
que los afectados denunciaron
las violaciones, han sido
hostigados continuamente, y
amenazados para que retiren la
denuncia.
El
presidente de la Organización
de Pueblos Indígenas
Me’phaa, Cuauhtémoc Ramírez
Rodríguez, informó que este
viernes 5 de diciembre
llegaron a Barranca Tecuani 12
soldados, que tenían en los
uniformes insignias del 48
Batallón de Infantería del
Ejército, con sede en Cruz
Grande.
Los
soldados, que tres días antes
habían llegado a la región,
fueron ese viernes
directamente a la casa de
Fortunato Prisciliano Sierra,
y preguntaron a su hermano,
Natalio Prisciliano Sierra, dónde
estaba Fortunato. El indígena
les dijo que no sabía, y en
eso llegó Fortunato, a quien
un militar que no quiso dar su
nombre le dijo que porqué
anda denunciando la violación
de su esposa; que ellos no
hicieron eso, y que si sigue
denunciando lo van a matar.
Luego,
el militar que iba al frente
del grupo preguntó ¿dónde
está Inés Fernández? Su
esposo Fortunato les respondió
que no estaba en su casa, y
que además ellos no tienen
porqué hablar con ella.
Finalmente,
Fortunato Prisciliano les pidió
a los militares que dijeran
sus nombres y que mostraran
sus credenciales para poder
identificarlos. Los militares
le dijeron que no tenían
porqué dar sus nomnbres ni
sus credenciales, que llos
estaban ahí porque trabajan
para el gobierno, y se taparon
el nombre que llevan inscrito
en la camisola del uniforme,
que generalmente corresponde
al apellido de los militares.
Los
soldados se fueron de la casa
de Fortunato, y estuvieron
unas horas en Barranca
Tecuani.
El
mismo viernes, Fortunato
platicó con miemnros de su
comunidad, y acordaron enviar
una comisión a la comunidad
vecina de Barranca de
Guadalupe, donde viven otros
miembros de la Organización
de Pueblos Indígenas
Me’phaa, a pedirles ayuda
para ir a hablar con los
soldados para exigirles que se
alejaran de esta región. De
ahí se trasladaron a Ayutla,
a difundir los hechos y pedir
ayuda para demandar la salida
del Ejército.
El
sábado 6 de diciembre, se
observó que los soldados que
entraron a Barranca Tecuani se
trasladaron a Barranca de
Guadalupe, y hasta ese domingo
ahí se encontraban.
Miembros
de la Organización de Pueblos
Indígenas Me’phaa acordaron
organizarse para ir al
campamento militar a hablar
con los soldados y exigirles
que se vayan.
El
presidente de la Organización,
Cuauhtémoc Ramírez, dijo
que, de acuerdo con las
informaciones de sus compañeros
de las comunidades, los
soldados que amenazaron a
Fortunato no están realizando
alguna actividad de las que
acostumbre en Ejército en la
región, como la búsqueda de
plantíos de amapola y
mariguana, o la aplicación de
la Ley Federal de Armas de
Fuego y Explosivos, que es lo
que siempre manejan para
justificar su presencia en las
regiones indígenas.
Aparentemente, señaló el
dirigente, el grupo de
militares que entró esta vez
a Barranca Tecuani lo único
que ha hecho es la amenaza a
Fortunato Prisciliano Sierra y
preguntar por la indígena
violada, lo que se considera
como una forma de intimidación.
Cuauhtémoc
Ramírez recordó que está
por conocerse la resolución
del amparo que demando Inés
Fernández contra la actuación
de la Procuraduría de
Justicia Militar y los
tribunales militares, porque
afirma que no son competentes
legalmente para investigar y
resolver sobre esta denuncia.
También
señaló que este fue el
segundo caso de violación a
mujeres indígenas que se dio
en 2002, por el mismo 40
Batallón que anduvo en la
región. El primer caso fue el
de Valentina Rosendo Cantú,
en la comunidad de Barranca
Bejuco, municipio de Acatepec.
En
el caso de Valentina, presentó
un amparo contra la actuación
de los militares, por medio
del Centro de Derechos Humanos
Miguel Agustín Pro (Prodh).
Recientemente, indicó el
dirigente, el juez federal le
negó el amparo, y resolvió
en favor de la intervención
de los militares en denuncias
hechas por civiles. Por eso,
los abogados del centro Prodh
están por presentar la
denuncia ante la Comisión
Interamericana de Derechos
Humanos, informó. (De la
Redacción)