Desde
Canadá pide amnistía para presos en huelga de hambre
Señora
directora: Solicito la publicación de esta carta dirigida
al presidente de México, Vicente Fox.
Escribo
sobre un asunto de máxima emergencia y de preocupación
internacional. Soy un viejo miembro del parlamento canadiense y
desde hace tiempo del Comité Canadiense de Relaciones
Exteriores. Ha llamado mucho mi atención que dos presos políticos
en La Palma y Neza Bordo, en huelga de hambre, estén al borde
de la muerte.
El señor
J.S. ha estado en esa situación durante 59 días y la señora G.A.
está en el día 45. Ellos fueron arrestados arbitrariamente en
1999, sometidos a tortura y se encuentran detenidos como presos
políticos desde entonces a pesar de las recomendaciones
urgentes del Grupo de Trabajo Sobre la Detención Arbitraria de
la ONU (Opinión 37) en 2000 y de Amnistía Internacional en
2001.
Señor
Fox, los canadienses vimos con gran interés las elecciones de
2000. Estábamos esperanzados en que un nuevo gobierno en México
iba a conducir a una nueva era de respeto a los derechos humanos
y a la legislación internacional en el país. Estábamos
emocionados por las promesas de desraizar la corrupción y hacer
prevalecer la justicia en el gobierno.
Como
sabe, señor Fox, su nación tomó parte del Pacto de derechos
civiles y políticos, así como de la Convención contra la
tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes; por lo
tanto, su gobierno está obligado a garantizar que ningún
ciudadano mexicano sea sometido a detenciones arbitrarias o
torturas. Previamente a su mandato, la ONU determinó que la señora
Arenas y el señor Silva fueron víctimas de esas dos
injusticias.
Señor
Fox, los canadienses estamos decepcionados por su falta de acción
respecto de los presos políticos en México. Yo lo invito a que
declare una amnistía federal para esas personas y que se les
otorgue la incondicional e inmediata libertad. Además, debe
comisionar una investigación independiente sobre la tortura a
presos políticos mexicanos y asegurar que los responsables de
esos crímenes sean llevados a la justicia.
Mientras
escribo esto, el señor S. y la señora A. se están muriendo de
hambre, porque ellos han perdido la esperanza en el sistema
mexicano de administración de justicia.
En nombre
del Nuevo Partido Democrático de Canadá (NDP) y de muchos
canadienses preocupados, pido que intervenga inmediatamente en
los casos de esos presos políticos para que se les otorgue la
libertad, para proteger sus derechos y, por lo tanto, para
proteger sus vidas. Espero pronta respuesta.
Atentamente
Svend
Robinson
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