*
                                      “Hasta aquí
                                      vine a saber del secuestro y del ERPI”,
                                      dice don Concepción
                                      La
                                      PGR falsifica las declaraciones para
                                      culparlos, se queja uno
                                      de los arraigados
                                       *
                                      Las características de los detenidos no
                                      son las de los secuestradores, que todos
                                      eran jóvenes, según lo declarado por el
                                      ganadero secuestrado en Ayutla, dice el
                                      alcalde Cutberto Quiñones
                                       Maribel
                                      Gutiérrez (Tercera parte y última) *
                                      Desde una casa de seguridad de la
                                      Procuraduría General de la República en
                                      la ciudad de México, uno de los seis
                                      detenidos en operaciones de la Agencia
                                      Federal de Investigaciones (AFI), en
                                      Ayutla y Tecoanapa, Concepción Ramírez
                                      Ramírez, declara: “Dicen que debo estar
                                      aquí 90 días, mientras se aclaran las
                                      cosas, que me trajeron aquí por el
                                      secuestro de un señor, que yo ni conozco,
                                      y también que por el ERPI, pero yo hasta
                                      aquí vine a saber eso”.
                                      Don
                                      Concepción Ramírez, de 70 años de edad,
                                      militar retirado del Ejército, y
                                      dirigente y fundador del Partido de la
                                      Revolución Democrática en Tecoanapa, y
                                      actualmente regidor suplente en el
                                      ayuntamiento, habla por teléfono de su
                                      situación de arraigo judicial en que se
                                      encuentra desde el 25 de mayo, y dice que
                                      no se imagina porqué lo quieren acusar.
                                      El
                                      arraigo fue solicitado por la Unidad
                                      Especializada en Delincuencia Organizada
                                      de la PGR (UEDO), con el fin de reunir
                                      pruebas para consignar a seis ciudadanos
                                      de cinco comunidades de la Costa Chica,
                                      que fueron detenidos en incursiones
                                      violentas a sus casas el 21 de mayo,
                                      presentados públicamente el 26 en una
                                      conferencia de prensa por el director de
                                      la UEDO, José Luis Santiago Vasconcelos,
                                      como responsables de secuestros y otros
                                      delitos, y como miembros del Ejército
                                      Revolucionario del Pueblo Insurgente
                                      (ERPI), y a quienes el procurador general
                                      de la República, Rafael Macedo de la
                                      Cocha, se refirió como imtegrantes de
                                      “una importante banda de
                                      secuestradores” y dijo que han sido
                                      reconocidos por los secuestrados.
                                      Según
                                      las declaraciones de Macedo, el viernes 13
                                      de junio, en entrevista colectiva en
                                      Acapulco, la PGR se encuentra en desahogo
                                      de algunas líneas de investigación que
                                      corroboren su participación en el grupo
                                      armado.
                                      Uno
                                      de los detenidos, Eudocio Suástegui García,
                                      dijo a su esposa, Catalina Antonio Palma,
                                      que lo visitó en la casa de seguridad
                                      donde se encuentra en la ciudad de México,
                                      que falsificaron sus declaraciones en el
                                      interrogatorio que le hicieron los
                                      investigadores de la UEDO. Dijo que él
                                      negaba su participación en los delitos,
                                      pero los agentes que lo interrogaban le
                                      ponían que aceptaba todos los cargos.
                                      El
                                      secuestrado
                                      El
                                      delito del que acusan a los seis detenidos
                                      es el secuestro del ganadero Miguel Flores
                                      Gatica, presidente de la Asociación
                                      Ganadera Local de Ayutla, y cuñado del
                                      presidente municipal, Cutberto Quiñones.
                                      El
                                      hecho fue muy difundido porque se cometió
                                      dos días antes de las elecciones del 4 de
                                      octubre de 2002, y por el parentezco con
                                      el entonces candidato del PRI, se planteó
                                      la posibilidad de algún móvil político.
                                      El
                                      ganadero, de 33 años, estuvo secuestrado
                                      cuatro meses, en el campo, en en área
                                      entre Ayutla y Tecoanapa, por la carretera
                                      que comunica la región de la Costa Chica
                                      con la capital del estado.
                                      Dice
                                      que nunca vio el rostro de los
                                      secuestradores, porque todo el tiempo
                                      estuvieron encapuchados, informó el
                                      alcalde Cutberto Quiñones.
                                      El
                                      presidente municipal conoce bien el caso,
                                      y dice: “No creo que los secuestradores
                                      sean del ERPI o del EPR; probablemente se
                                      disfrazaron igual, porque ya se sabe cómo
                                      andan y cualquiera puede vestirse igual;
                                      para mí que es un grupo que solamente
                                      busca el dinero fácil”.
                                      Además,
                                      según el alcalde, las características de
                                      los seis detenidos, adultos de edad
                                      avanzada y la mayoría enfermos, no
                                      coincide con las de los secuestradores que
                                      tuvieron en el monte al ganadero: “Dice
                                      mi cuñado que los que lo trajeron eran
                                      puros jóvenes”.
                                      Sin
                                      embargo, no puede asegurar la inocencia de
                                      los detenidos, y espera el resultado de la
                                      investigación.
                                      Además
                                      de su relación familiar con el
                                      secuestrado, conoce a uno de los
                                      detenidos: Bardomiano Ríos Espinoza,
                                      curandero de oficio, que participó
                                      activamente en la campaña de Quiñones
                                      para la elección del 6 de octubre, y a
                                      quien le dio el cargo de administrador del
                                      panteón municipal.
                                      El
                                      alcalde sabe que la investigación de la
                                      UEDO en esta región comenzó a raíz del
                                      secuestro de otro ganadero.
                                      El
                                      11 de marzo fue secuestrado en la
                                      comunidad de Las Mesas, municipio de San
                                      Marcos, el ganadero Juan Dimayuga, que se
                                      escapó, y dio a conocer datos que
                                      coinciden con los del secuestro del
                                      ganadero de Ayutla, como el área en la
                                      que estuvo en manos del grupo armado.
                                      Según
                                      Quiñones, en ganadero Miguel Flores dice
                                      que los secuestradores que lo tuvieron
                                      siempre andaban vestidos con uniforme tipo
                                      militar, con botas y encapuchados con
                                      paliacates que les cubrían totalmente la
                                      cara excepto los ojos, y armados con
                                      fusiles AK-47, cuernos de chivo.
                                      El
                                      ganadero secuestrado también se vistió
                                      con el mismo uniforme. Dice que cuando
                                      llegó al lugar donde estaba el grupo en
                                      el monte, le ordenaron que se quitara la
                                      ropa que llevaba y le dieron un uniforme
                                      tipo militar, botas y paliacate para
                                      cubrirse el rostro. Dice que le daban de
                                      comer, y lo trataban bien, sólo le
                                      adviertieron que no intentara escapar.
                                      Dice
                                      que escuchaba que tenían doctrina, y que
                                      tenían disciplina y leían libritos. Pero
                                      no escuchó algún dato que permita
                                      relacionar a algún grupo armado.
                                      Reveló
                                      que los cuatro meses que duró el
                                      secuestro lo tuvieron en el monte, siempre
                                      a la intemperie, moviéndose en un área
                                      entre los municipios de Ayutla y
                                      Tecoanapa, en desplazamientos a pie por el
                                      campo.
                                      Los
                                      secuestradores andaban en grupo de 10 a 12
                                      personas, que se cambiaban mediante un
                                      sistema de relevos, y se dio cuenta de que
                                      todos eran jóvenes.
                                      Lo
                                      liberaron a finales de enero, cerca de 
                                      Tecoanapa, y el último sitio donde
                                      lo tuvieron es el cerro de Chacalapa, 
                                      San Marcos.
                                      Quiñones
                                      sabe que pagaron el rescate, pero
                                      desconoce la cantidad. Al principio pedían
                                      10 millones de pesos, y fijaron el 10 de
                                      octubre como fecha de entrega, pero es una
                                      cantidad exagerada a la que ni en cuatro
                                      meses se acercó la familia del ganadero,
                                      que reunió el dinero entregado con sus
                                      propios recursos y cooperación de otros
                                      ganaderos y de vecinos del municipio. Al
                                      final, pagaron el rescate con dinero y
                                      hasta con alhajas.
                                      En
                                      los cateos del 21 de mayo, los policías
                                      de la AFI buscaban armas, documentos,
                                      alhajas y dinero.
                                      Una
                                      de las familias afectadas, la del detenido
                                      Inés Jiménez, de 80 años de edad,
                                      vecino de Tecoanapa, denunció que los
                                      agentes federales se robaron de sus casas
                                      dinero y alhajas.
                                      La
                                      UEDO busca alguna relación entre estos
                                      objetos de valor y el secuestro. Una nuera
                                      del detenido, Juana Tabares, dice que le
                                      robaron 2 mil pesos y alhajas que valen
                                      unos 30 mil pesos.
                                      Los
                                      familiares tuvieron noticia de que según
                                      la UEDO, el dinero que se llevaron de los
                                      cateos estaba marcado y era parte del que
                                      se entregó por el rescate.
                                      A
                                      otra nuera de Inés Jiménez, Bertha
                                      Pineda, también le quitaron sus alhajas
                                      con valor que calcula en 30 mil pesos. Las
                                      dos mujeres no se imaginan que se pretenda
                                      establecer alguna relación de sus alhajas
                                      con el secuestro, y están reclamando la
                                      devolución. “Nos dejaron sin nada,
                                      desde que era joven con mis ahorros he
                                      comprado alhajas, y se las llevaron.
                                      Quiero que me las regresen, principalmente
                                      el anillo de graduación de mi esposo, que
                                      es médico veterinario”.
                                      Una
                                      queja sobre declaraciones falsas
                                      Según
                                      la información que la UEDO difundió el
                                      26 de mayo, Eudocio Suástegui García, es
                                      “operador de la organización criminal
                                      en el municipio de Tecoanapa”, y dice
                                      que en su casa se encontraron dos fusiles
                                      Galil, una Biblia y un comunicado del
                                      ERPI, así como un manuscrito que se
                                      refiere a esa organización. También dijo
                                      que uno de los seis detenidos reconoció
                                      su participación en secuestros,
                                      homicidios y asaltos y en el ERPI desde
                                      hace seis años.
                                      La
                                      esposa de Eudocio Suástegui, Catalina
                                      Antonio Palma, habla de la plática que
                                      tuvo con su esposo, ya arraigado en la
                                      ciudad de México.
                                      “Esta
                                      vez que fui le pregunté, ¿de qué te están
                                      acusando? Me dijo: Me acusan de secuestro,
                                      pero la verdad yo no sé, yo ni conozco a
                                      esas personas, y me enseñan fotografías
                                      y periódicos y me dicen que si yo conozco
                                      a esas personas, y les digo que no las
                                      conozco. Y yo les digo que no las conozco
                                      y ellos le ponen que sí los conozco. Yo
                                      le pongo todo negativo y ellos le ponen
                                      todo positivo”, reproduce la mujer la
                                      queja de su esposo.
                                      El
                                      campesino arraigado le insistió que no
                                      sabe quiénes son las personas que le
                                      muestran en fotografías, y que los
                                      agentes le preguntan y él contesta que no
                                      las conoce, que no sabe quiénes son, pero
                                      los agentes que lo interrogan le dicen que
                                      sí los conoce, y así le ponen en el
                                      acta.
                                      –¿El
                                      niega que sea del ERPI?
                                      –Lo
                                      niega. El dice que no va a negar que es de
                                      un partido, del PRD, pero hasta ahí, y de
                                      lo demás no sabe nada.
                                      Don
                                      Concepción en cautiverio
                                      En
                                      breve conversación telefónica, porque
                                      los custodios que lo vigilan sólo le
                                      permiten hablar 3 minutos, don Concepción
                                      Ramírez, dirigente perredista de
                                      Tecoanapa, de 70 años, dice que espera el
                                      paso de los 90 días, en la casa de
                                      seguridad de la PGR en el sur de la ciudad
                                      de México, donde está con otros ocho
                                      arraigados, entre ellos Inés Jiménez, su
                                      vecino, otro de los seis detenidos de esta
                                      región.
                                      –¿Qué
                                      le han dicho?
                                      –Nomás
                                      me dijeron que me trajeron por el
                                      secuestro de un señor, Miguel, que yo ni
                                      lo conozco. Hasta aquí vine yo a saber de
                                      esto, yo ni lo conozco. Yo no salgo ni a
                                      fiestas. También que por el ERPI, hasta
                                      aquí vine a saber que del ERPI.
                                      –¿Conoce
                                      a los otros cinco arraigados igual que
                                      usted?
                                      –Nada
                                      más conozco a don Inés, porque somos del
                                      pueblo, a los demás no. A uno lo vi en el
                                      éxodo (una manifestación a pie de
                                      Guerrero a la capital del país que
                                      encabezó en candidato del PRD, Félix
                                      Salgado, en febrero de 1999, para
                                      protestar por los resultados de la elección
                                      para gobernador), cuando salimos de
                                      Chilpancingo a México, es de Chacalapa,
                                      pero sólo lo conozco de cara, no había oído
                                      el nombre (Eudocio Suástegui).
                                      “A
                                      otros también los conozco de cara: al de
                                      La Unión (Guadalupe Hernández Arizmendi)
                                      y al de Ayutla (Bardomiano Ríos); los había
                                      visto en reuniones del PRD.
                                      –Dicen
                                      que usted era el que le levantaba el brazo
                                      a Cuauhtémoc Cárdenas en los mítines.
                                      –Sí,
                                      yo le levantaba el brazo, y en 1995
                                      platiqué con él en Oaxtepec, en el
                                      Congreso del PRD. Mi lucha es social,
                                      ayudando a la gente.
                                      –¿Porqué
                                      lo acusan?
                                      –Según
                                      nos enseñaron un escrito, donde dice que
                                      en mi casa se hacían las reparticiones
                                      del dinero del secuestro del señor
                                      Miguel. Eso no es cierto, cómo va a ser,
                                      yo hasta aquí vine a saber de ese señor.
                                      Entre
                                      1996 y 1999 fue de conocimiento público
                                      la presencia del EPR o del ERPI,
                                      principalmente en acciones de propaganda
                                      armada, en el área de la Costa Chica
                                      donde se hicieron los cateos y detenciones
                                      de la AFI. Uno de los actos más conocidos
                                      fue en la cabecera municipal de Tecoanapa,
                                      el 5 de febrero de 1997, donde una columna
                                      guerrillera hizo un mitin, encabezado por
                                      el comandante Antonio, entonces dirigente
                                      del EPR y después del ERPI, actualmente
                                      preso.
                                      Se
                                      le pregunta a don Concepción si él supo
                                      de este acto público de la guerrilla.
                                      –Sí.
                                      Fui a la plaza a Tecoanapa, los vi a ellos
                                      ahí, a los del EPR. Los escuché y me
                                      regresé a mi casa, otras personas los
                                      siguieron hacia la orilla del pueblo.
                                      –¿Cómo
                                      supo usted que iban a ir?
                                      –Yo
                                      al grupo lo encontré en la calle, cuando
                                      iba yo a comprar unos huevos.
                                      –¿Cree
                                      usted que por eso lo estén acusando de
                                      pertenecer al ERPI?
                                      –No.