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 * Instalará el organismo oficina aquí el próximo mes

Guerrero, de alta prioridad para organismos que luchan contra la tortura, dice ACAT

 * Realiza con el CIET un taller para sensibilizar a profesionistas sobre esa práctica

 Aurelio Peláez * Guerrero es un caso de alta prioridad para los organismos civiles que luchan contra la tortura, afirmó Javier Enríquez Sam, coordinador de Salud de Acción Integral de los Cristianos para la Abolición de la Tortura (ACAT).

Entrevistado luego de participar en la inauguración del Taller de Sensibilización sobre detección y documentación de la tortura, que organiza con apoyo del Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales (CIET), informó asimismo que el próximo mes ACAT instalará una oficina en Guerrero.

El taller se realiza en el auditorio de la Unidad de Estudios de Posgrado e Investigación (UEPI) y es una actividad como parte del Día internacional de ONU en Apoyo a Sobrevivientes y Víctimas de la Tortura, que se celebra este 26 de junio. En el acto de inauguración estuvieron el director del CIET, Ascencio Villegas Arrizon; el investigador de la UEPI, el ex rector de la UAG Rosalío Wences Reza; el integrante de la organización Sembradores de la Esperanza, Federico Menor, y Bertoldo Martínez Cruz, ex preso político, quien narró la experiencia de torturas que padeció durante su detención por 3 años 2 meses, acusado de ser un comandante de la guerrilla del EPR.

En su intervención, Enríquez Sam, informó que ACAT es una organización civil “que tiene como misión concientizar a la sociedad investigando, documentando, y denunciando por los medios posibles, tanto públicos como privados, en el ámbito internacional la tortura, los tratos crueles inhumanos y degradantes, las ejecuciones judiciales y extrajudiciales, hasta lograr su abolición”.

Afirmó que también “estamos comprometidos en brindar una atención integral jurídica, médica sicológica, social y espiritual a los sobrevivientes, familiares y comunidades afectadas por estas violaciones a los derechos humanos, así como a los defensores sin distinción de género, credo, ideología o condición social. Damos atención a regiones con gran incidencia en este tipo de abuso de poder, tenemos oficinas en Oaxaca y en el Distrito Federal”, e informó de la instalación de otra en Guerrero.

Explicó que “la tortura es una realidad inaceptable y lamentable que debe ser erradicada de nuestro país, se trata de un abuso del poder público, con el que se quiere provocar dolores o sufrimientos graves, además de la sumisión de la sociedad gobernada”.

Por su parte, el director del CIET, Ascencio Villegas Arrizon explicó que la tortura es un problema de salud pública, que evidenciaba la masa salud del estado, y por ello el interés de esta institución por participar en este taller. Los trabajos continuarán este sábado.

Investigar y documentar científicamente la tortura

Del taller, afirmó en entrevista que ACAT los realiza desde hace dos años, y que pretende “ir capacitando al personal de la salud en la cuestión de la tortura. Este taller parte de buscar condiciones para que la tortura en este país sea abordada desde el punto de vista científico y tecnológico. Hay unos estándares internacionales que se aplican, basados en el protocolo de Estambul, que deben respetar los países que han suscrito la Convención de la Tortura”.

Afirmó que ACAT tiene convenios de trabajo con organizaciones internacionales como es el International Rehabilitation Council for Torture Victims (IRCT), y que estos talleres se han dado a ONG’s, universidades a nivel de actividad académica, “con la idea de contar con gente que colabore con el esfuerzo que la institución tiene como misión el de abolir la tortura”.

Afirmó que Guerrero es uno de los estados con alta prioridad sobre la problemática de la tortura, de ahí la razón de que ACAT instale oficinas, “y es de los estados en donde sabemos que hay un alto índice de tortura, lamentablemente la tortura es negada por todas las autoridades y no se registra correctamente”. Explicó que en el país ACAT tiene un registro “modesto” de 200 casos de tortura, “pero si viéramos las estadísticas de la autoridad pareciera que solo tienen unos cuantitos, entonces ahí están las grandes diferencias y nuestra misión es demostrar que de manera científica y basado en estándares internacionales que la tortura realmente se da en el país”.

Reiteró que el taller busca sensibilizar y promover entre la comunidad académica, médica y de sicólogos el interés por conocer la temática, que no se aborda a nivel de currículas de las formaciones profesionales, y a partir de ello tener información sobre la tortura en Guerrero y dar información fidedigna de la problemática a través de la investigación y del manejo de casos y que la formación profesional de la salud vaya tomando un papel más activo en este tipo de casos”.

Una huella que queda para siempre: Bertoldo

En el testimonio de las torturas que padeció desde su detención, en octubre de 1996, hasta su excarcelación, en noviembre de 1999, de los cuales los últimos meses los pasó en la cárcel de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, Bertoldo Martínez afirmó que “la tortura es una huella que queda para toda la vida”.

Recordó que comenzó su actividad política en la UAG hace 30 años, cuando era rector por primera vez Rosalío Wences Reza, y que “sobrevivimos de los caciques”. No obstante, abrevió la explicación de su trayectoria política para recordar que en octubre de 1996 fue detenido en Acapulco, trasladado a una cárcel clandestina e interrogado por ocho horas, a pleno sol, para que les informara de su relación con la guerrilla del EPR, grupo del que lo acusaron ser comandante. “No sé tirar un balazo, pero me hicieron comandante”. Afirmó que en ese periodo, aunque no hubo detención, la tortura fue sicológica, “eso es lo que mas duele, que te pregunten por ti familia”.

Afirmó que la tortura sicológica “es demasiado dura, por eso yo entiendo cuando muchos compañeros que se dedican a la lucha social dicen ‘se rajó’, pues cómo no se iban a rajar con el estado que estamos viviendo, es muy difícil, se necesita tener conciencia de qué cosa se está haciendo en la búsqueda de un cambio democrático en el país”.

No obstante, contó que la tortura física la padeció, junto con otros cinco integrantes, entre ellos Ericka Zamora y Efrén Cortes –detenidos durante la matanza de campesinos en El Charco-, durante su traslado y estadía en Puente Grande, al grado tal que tuvo una desviación en la columna vertebral.

Bertoldo Martínez, a quien no se le comprobó su participación en la guerrilla- contó que la tortura busca quebrantar la dignidad de las personas, y que por ello era necesario mantener la lucha por abolirla, pues aseguró que ésta sigue siendo una práctica del aparato judicial del Estado mexicano.