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 * Guerrero, foco de violaciones a los derechos

A cinco años, sigue en la impunidad la masacre de El Charco: Prodh

 Durante cinco años, la masacre de El Charco, que el Ejército pretendió encubrir “bajo un presunto enfrentamiento entre miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) y militares, ha permanecido en la impunidad, ante la falta de acción de los órganos encargados de procurar justicia y la insuficiente acción de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH)”, dice el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro (Prodh).

En una nota informativa con motivo del quinto aniversario de la masacre de El Charco, el Prodh plantea que este caso es una expresión de que “Guerrero sigue siendo un foco de impunidad y violaciones a los derechos humanos”.

Afirma que “El Charco, junto con las masacres de Aguas Blancas, la impunidad en los cientos de casos de desaparecidos durante la llamada guerra sucia, las agresiones sexuales a indígenas por parte de elementos militares y la represión a ecologistas de la sierra, son sólo algunas muestras de que se requiere una profunda restructuración política y social en el estado, que garantice el acceso a la justicia las víctimas y la existencia de mecanismos que combatan la impunidad e impulsen la plena vigencia de los derechos fundamentales”.

El Prodh afirma que en El Charco fueron ejecutadas 11 personas y detenidas más de 20, la mayoría indígenas que además fueron torturados por miembros del Ejército que participaron en la agresión efectuada en las instalaciones de le escuela rural Caritino Maldonado.

El Prodh critica la falta de actuación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que “lejos de efectuar una labor adecuada con sus atribuciones de defensoría del pueblo, emitió una recomendación, dos años y cuatro meses después de los hechos (20/2000), en la que avaló la postura gubernamental del enfrentamiento y omitió pronunciarse en torno a graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante los hechos”.

Recuerda que del 10 a 12 de junio de 1998, diversos organismos no gubernamentales de derechos humanos locales y nacionales, entre ellos el mismo Prodh realizaron una misión de observación a la comunidad de El Charco y pudieron entrevistar a víctimas, sobrevivientes, familiares y autoridades locales, así como constatar en el Servicio Médico Forense de Acapulco las heridas que causaron la muerte de los indígenas que se encontraban en el lugar de los hechos.

En las conclusiones del informe de esa misión se determinó que en El Charco se cometieron muy graves violaciones a los derechos humanos como ejecuciones sumarias extrajudiciales, torturas físicas y psicológicas, incomunicación, privación ilegal de la libertad, detenciones arbitrarias, hostigamiento y amenazas de muerte.

Piden cuatro presos políticos de Acapulco castigo a responsables

A cinco años de la masacre de El Charco, cuatro presos políticos de Acapulco demandaron por medio de una carta al presidente Vicente Fox que se castigue a los militares culpables intelectuales y materiales del asesinato de 11 indígenas.

Asimismo, llaman a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para que haga cumplir las recomendaciones que en su momento envío al gobierno federal, para que este caso no quede impune.

Firman la carta los presos políticos Azucena Pasión Villamar, Salomé Aguirre Bahena, Bulmaro Estévez Morales y Angel Guillermo Martínez, que se refieren a los hechos del 7 de junio de 1998: “Un día como hoy 7 de junio, pero de 1998, en el poblado de El Charco, municipio de Ayutla, se celebraba una reunión con todos los consejeros de los pueblos mixtecos, para buscar la forma de tener una vida más digna, pues nuestros gobiernos los tienen en miseria extrema, pero en lugar de conseguir lo que pretendían para todos sus hermanos de raza, en ese lugar encontraron la muerte por las balas asesinas del gobierno federal, pues hasta ese lugar llegaron vehículos y tanquetas militares y como si ahí fuera campo de guerra los militares saltaban de los vehículos buscando un lugar donde atrincherarse o parapetarse como si fueran a combatir; tomaron el pueblo por asalto más de mil efectivos militares de diferentes rangos”.

“Las tanquetas y los franco tiradores tomaron posición de combate frente a la escuela en donde se llevaba a cabo dicha reunión, y comenzaron a disparar contra la humilde escuela”.

“Las paredes de la escuela eran perforadas de lado a lado y en su interior los campesinos empezaron a caer abatidos”.

“...cuando los campesinos salían con manos en alto y con trapos blancos en las manos y arrodillándose para que no los mataran, los franco tiradores los acribillaron, así pasaron los segundos, los minutos; segundos y minutos que se convertían en horas de angustia y terror de los campesinos que aún se encontraban vivos pues veían frente a ellos la muerte y rodeados de sus compañeros que no habían tenido la misma suerte y que se encontraban unos organizando y otros ya muertos”.