*
Piden a la
Fiscalía que se
deslinde de la
PGJE
Montaje
arbitrario, la
resolución del
caso
de
Zacarías, dicen
ex presos políticos
*
La Asociación
Nacional de
Luchadores
Sociales plantea
que los
responsables del
asesinato del
testigo de la
Fiscalía están
entre los
responsables de
la guerra sucia
de los años
setentas *
Demanda la
libertad
inmediata de los
cinco detenidos
de Atoyac
La
Asociación
Nacional de
Luchadores
Sociales,
integrada por ex
miembros de los
grupos
guerrilleros de
la década de
los setentas, ex
prisioneros políticos
y familiares de
detenidos
desaparecidos,
denunció los
actos de
violencia y
arbitrariedad
cometidos por
los cuerpos
policiacos
estatales “con
la complacencia
de la Fiscalía
Especial para
los Movimientos
Sociales y Políticos
del Pasado”,
la Femospp, en
el “montaje”
para resolver el
crimen de quien
fue testigo de
la Fiscalía,
Zacarías
Barrientos
Peralta.
En
su primer acto público,
una conferencia
de prensa en la
ciudad de México,
la nueva
organización
demandó al
gobierno del
estado “la
libertad
inmediata de Isaías
Martínez
Gervacio, Ramiro
Rosas Contreras,
Apolinar Martínez
Barrientos,
Benito Salgado
Aguirre y María
de Jesús Martínez
Reyes”,
detenidos como
probables
responsables del
asesinato, y
recluidos en el
penal de Tecpan
de Galeana, por
considerar que
se violaron sus
garantías
individuales y
sus derechos
humanos durante
su detención, y
afirmaron que a
los responsables
del asesinato de
Zacarías
Barrientos se
les debe buscar
“en el bando
de los
potenciales
implicados de la
guerra sucia”.
Eloy
Cisneros Guillén,
Nicomedes
Fuentes García,
Octaviano
Santiago
Dionicio, José
Arturo Gallegos
Nájera, Antonio
Hernández Fernández,
Alejandra Cárdenas
Santana, Luis León
Mendiola y Agustín
Evangelista,
miembros de la
Asociación
Nacional de
Luchadores
Sociales,
exigieron a la
Fiscalía
Especial “su
deslinde público
de las acciones
represoras de la
PGJE y la
consignación de
los responsables
de la
guerra sucia de
los años
setentas”.
Señalan
que el trabajo
de la Fiscalía
“ha arrojado
hasta hoy cero
resultados, más
allá de las
declaraciones de
su titular
(Ignacio
Carrillo Prieto)
y de sus
voceros,
pareciera que la
Femospp se ha
convertido en un
nuevo
instrumento
represivo en
contra de los
defensores de
los derechos
humanos y al
servicio de la
impunidad y de
los responsables
de los sucesos
sangrientos del
pasado”.
En
el escrito,
recuerdan que el
26 de noviembre
del 2003 “fue
acribillado con
armas de fuego
de alto poder el
campesino
Horacio Zacarías
Barrientos
Peralta, ex
colaborador del
Ejército en los
años de la
guerra sucia y
quien, unos días
antes de su
muerte, había
rendido
declaración
como testigo
ante los agentes
del Ministerio
Público
de la Fiscalía
representada por
Ignacio Carrillo
Prieto”.
Agregan
que “la
conmoción y el
impacto generado
por este
asesinato no se
hicieron
esperar. Para
las
organizaciones
defensoras de
los derechos
humanos, los
familiares de
los
desaparecidos y
para la gran
mayoría de los
ciudadanos, el
acto criminal
tuvo su origen
en el
testimonio de
Barrientos
Peralta y los
responsables había
que ubicarles en
el bando de los
potenciales
implicados de la
guerra sucia:
miembros de las
Fuerzas Armadas
y de las
corporaciones
policíacas, los
caciques mayores
del estado y
todos aquellos
que tuvieron
participación
en las torturas,
el asesinato y
la desaparición
forzada de
cientos de
ciudadanos
guerrerenses”.
Cuentan
que “ante la
exigencia
general para
aclarar el
crimen, el 6 y 7
de enero del
2004 ocurre un
hecho inaudito y
que alarma a los
defensores de
los derechos
humanos y a gran
parte de la
opinión pública
guerrerense. Son
detenidos y
sometidos a
torturas
familiares del
asesinado y
luchadores
sociales
identificados
con la defensa
de los derechos
humanos y
civiles. El caso
que más ha
generado condena
e indignación
ha sido la
captura de Isaías
Martínez
Gervacio,
anciano de 82 años
que lleva más
de 25 luchando
por la
presentación de
su hijo Misael
Martínez Pérez,
detenido y
desaparecido en
1977 por
miembros del Ejército
mexicano y que
en los últimos
dos años había
estado
colaborando con
la Fiscalía
Especial de
Carrillo Prieto
en la
investigación
de la guerra
sucia, sus
secuelas y la
plena
identificación
y ubicación de
los
responsables”.
Refieren
que también
fueron detenidos
Ramiro Rosas
Contreras y
Apolinar Martínez
Barrientos el 7
de enero por la
madrugada “en
varios
operativos de
asalto en los
que hubo
violencia,
ausencia de
orden de
aprehensión,
allanamiento de
morada, abuso de
autoridad y
violación
flagrante a los
derechos
humanos”.
El
6 de enero habían
sido detenidos
la viuda de
Zacarías
Barrientos, María
de Jesús Martínez
Reyes y un
carretillero del
mercado, Benito
Salgado Aguirre
de 65 años,
“a quienes a
punta de golpes,
intimidación e
incomunicación,
los obligaron a
incriminar a los
tres antes
mencionados. La
declaración
valiente de la
viuda echó por
tierra el
montaje de la
Procuraduría de
Justicia del
Estado y la
complacencia de
la Fiscalía
Especial para
Movimientos
Sociales y Políticos
del Pasado”.
La
organización señala
que en Guerrero
y en el resto
del país,
“los
delincuentes
verdaderos
siguen en la
impunidad y
gozando de la
protección
gubernamental.
Los pobres, los
desprotegidos,
los que
denuncian,
siguen siendo
los sospechosos
y los chivos
expiatorios de
siempre. Para el
gobierno del
cambio y para el
que representa
René Juárez
Cisneros, los
pobres seguimos
siendo los
potenciales
responsables de
todas las
acciones
delictivas”.
Así,
“Miguel Nassar
Haro y Luis de
la Barreda no
han podido ser
localizados por
las
corporaciones
policiacas del
país para que
respondan por
sus crímenes.
El manto de la
impunidad que
los protege
sigue
prevaleciendo;
lo mismo ocurrió
con Isidro
Galeana Abarca,
responsable de
la desaparición
de Jacob Nájera
Hernández,
quien se dice
que acaba de
fallecer sin
haber pisado
prisión por la
misma protección
que le dio el
gobierno del
estado en
complicidad con
la Femospp”.
(De la Redacción).