*
Inconformidad
por el Ejército
en Barranca de
Guadalupe
En
un campamento
militar,
cuestiona un
dirigente
indígena la
presencia de las
tropas
*
El mayor de
infantería
Eduardo Luna
Torres dijo que
están en
actividades
contra el
narcotráfico y
niega que estén
afectando a los
campesinos *
Acuden como
observadores
representantes
de la Codehum y
de Tlachinollan
Adalberto
Valle, enviado,
Barranca de
Guadalupe *
Militares al
mando del mayor
de infantería
Eduardo Luna
Torres, negaron
ante
representantes
de indígenas y
de organismos de
defensa de
derechos humanos
que estén
afectando los
cultivos de los
campesinos de
Barranca de
Guadalupe en el
municipio de
Ayutla de los
Libres.
Este
jueves, indígenas
me’phaa
(tlapanecos) de
Barranca de
Guadalupe y de
otras
comunidades
vecinas, se
reunieron con
representantes
de la Comisión
de Defensa de
los Derechos
Humanos de
Guerrero
(Codehum) y del
Centro de
Derechos Humanos
de La Montaña
Tlachinollan,
para exponer su
descontento con
la presencia del
Ejército y dar
a conocer la
información
sobre los daños
causados por los
militares.
Luego
de una reunión
que sostuvieron
habitantes de
esa comunidad,
así como de
otras cercanas
con
representantes
de comisiones de
derechos
humanos, al
retirarse del
lugar el
dirigente de la
Organización de
Pueblos Indígenas
Me’phaa,
Cuauhtémoc Ramírez,
informó a los
militares sobre
la inconformidad
de las
comunidades por
la presencia de
los efectivos
castrenses.
“Estamos
en actividades
contra el
narcotráfico”,
respondió el
mayor Eduardo
Luna Torres,
quien les dijo
que “para
mayor información
pueden dirigirse
la 27 Zona
Militar”, la
cual se ubica en
El Ticuí,
municipio de
Atoyac.
Todo
esto ocurrió a
unos 10 minutos
de Barranca de
Guadalupe, en
uno de los
campamentos más
cercanos que
instalaron los
militares desde
el 10 de enero.
De
acuerdo a las
versiones de los
habitantes del
lugar, los
militares tienen
aproximadamente
15 días de
haber regresado,
luego de que el
9 de diciembre
del 2003 un
grupo grande de
campesinos prácticamente
corrió a los
soldados, cuya
presencia en la
región
ne’phaa de
Ayutla y
Acatepec ha traído
violaciones a
mujeres,
intimidación a
los habitantes y
destrucción de
parcelas.
“Queremos
platicar con
ustedes, no
sabemos lo que
están haciendo,
no sabemos lo
que buscan. Nos
dice la gente de
aquí que se están
robando las
frutas que
siembran, no se
han presentado
con el comisario
del pueblo.
Ahorita tuvimos
una reunión,
estuvieron
representantes
de Derechos
Humanos, la
gente está
molesta con lo
que hacen”,
les dijo Cuauhtémoc
Ramírez.
En
tanto, los
militares
grababan con cámaras
y tomaban
fotografías de
las personas que
viajaban en dos
camionetas,
mientras que por
otra parte, la
dirigente
me’phaa,
Andrea Eugenio
Manuel hacía
tomas de los
soldados con una
cámara de
video.
“Si
quiere le doy mi
nombre, acérquese,
puede
filmarme”, le
dijo Cuauhtémoc
Ramírez a uno
de los soldados
que grababan.
“Es una forma
de intimidar”,
añadió.
“Ustedes
también traen cámaras,
es la única
forma de
respaldar lo que
estoy
informando”,
respondió el
mayor Eduardo
Luna, quien
aseguró que los
soldados no
ingresan a los
pueblos, por lo
que no tienen la
obligación de
presentarse con
los comisarios.
De
igual forma negó
que estén
destruyendo
parcelas ni
aprovechando la
cosecha de los
campesinos.
Por
la mañana, el
contingente que
viajó a
Barranca de
Guadalupe fue
cuestionado en
un puesto de
revisión
militar, ubicado
a unos 10
minutos de
Ayutla, en el
que estaban
cuatro soldados.
Ya de regreso
por la tarde y
después del diálogo
que se dio con
los mandos
militares cerca
de la comunidad,
el grupo era de
cerca de 10
efectivos, al
mando del capitán
segundo de
infantería,
Jacobo Silva,
quien pidió a
Cuauhtémoc Ramírez
que se
identificara,
procediendo a
anotar su nombre
en un papel,
algo con lo que
no estuvo de
acuerdo el
dirigente
me’phaa.
En
la reunión
celebrada en
Barranca de
Guadalupe,
estuvieron unas
40 personas,
entre adultos de
ambos sexos, jóvenes
y niños. En
esta se acordó
que para el próximo
miércoles
convocarían a más
campesinos, así
como
funcionarios y
diputados
locales, para
que se
constituyera una
queja formal en
el propio
crucero, en
contra los
militares, por
los atropellos
de los que se
quejan los
habitantes.
Asistieron
también el
representante de
la Comisión de
Defensa de los
Derechos Humanos
de Guerrero,
Armando Ramírez
Cuevas; el
asesor jurídico
del Centro de
Derechos Humanos
de La Montaña
Tlachinollan,
Alejandro Ramos
Gallegos y el
dirigente de la
Organización de
Pueblos Indígenas
Me’phaa,
Cuauhtémoc Ramírez,
así como otros
integrantes de
ésta. Destacó
la ausencia del
comisario
municipal,
Maurilio Sánchez
Marcelino
Reportes
de daños
Entre
los testimonios
que se dieron en
la reunión,
Petra Manuel
–quien
participó el 9
de diciembre
cuando corrieron
a los
militares–
mostró su
molestia por la
presencia de los
militares año
con año.
Ella
es madre de
Victoriano
Eugenio Manuel,
quien fue
detenido en el
2001 por los
militares.
Petra
Manuel comentó
que hace algunos
días, los
soldados le
dispararon a
ella y a su
esposo cuando
estaban cuidando
sus parcelas,
además que
destruyeron su
cosecha de sábila.
Dijo
que la gente
prefiere no
salir a trabajar
cuando están
cerca los
militares, no
van al río a
lavar ropa.
“En lugar que
manden médicos
mandan a
militares”,
apuntó, de
acuerdo a la
traducción del
idioma me’phaa
(tlapaneco) que
hizo la
dirigente Andrea
Eugenio.
Por
su parte,
Antonia Rufino
platicó que
unos militares
que caminaban
cerca de su
casa, rompieron
una manguera y
fueron vistos
por unos niños
a quienes
espantaron.
“Los
niños no están
acostumbrados a
ver a los
militares”, añadió.
En
su intervención,
Natalio Eugenio
comentó que no
pueden bañar a
los niños en el
río, por la
presencia de los
soldados.
“Los
maestros no
quieren que
vayan sucios,
pero no van al
arroyo porque
están los
militares”.
Agregó
que
constantemente
son interrogados
por los
militares. Les
preguntan a dónde
van, de dónde
vienen y no
quieren que se
acerquen al
crucero, donde
están los
campamentos.
“Vienen
y cortan los plátanos,
calabazas, cañas.
Nosotros no
tenemos dinero,
el gobierno no
nos ayuda”,
apuntó.
Mencionó
también que hay
ancianos que han
fallecido por el
miedo de ver a
los militares.
“Ellos no
tienen que andar
violando la ley,
ellos tienen un
cargo, no los
mandan a robar.
Para vigilar está
la Policía
Comunitaria”.
Por
último, señaló
que el gobierno
de Ayutla no los
ha atendido y
por el
contrario, se
burlan de los
indígenas por
no saben hablar
español.
En
tanto, Leopoldo
Eugenio Rufino
dijo que los
militares traen
una lista y han
estado
preguntando los
nombres de
quienes caminan
cerca de sus
campamentos,
mientras que
Fortunato
Prisciliano
Sierra, esposo
de Inés Fernández
–una de las
indígenas
violadas por
militares en
2002 y que también
estuvo en la
reunión–,
narró que por
su casa han
pasado soldados
empuñando las
armas.
Por
su parte, el
dirigente
me’phaa,
Cuauhtémoc Ramírez,
lamentó que no
haya acudido más
gente, aunque
reconoció que
muchos tienen
temor por la
presencia de
aproximadamente
300 militares,
distribuidos en
los alrededores
de la comunidad.
“Lo
que queremos es
que (los
militares) nos
digan lo que
quieren, a lo
mejor lo que
buscan les
podemos ayudar a
encontrarlo. No
nos dicen qué
quieren, no
presentan
oficio, ni
hablan con
comisarios.
Dicen que buscan
encapuchados,
aquí no los
hemos visto”.
Sobre
las listas con
nombres que
llevan los
soldados,
Cauauhtémoc Ramírez
aseguró que la
mayoría son de
la organización
me’phaa.
“Mejor
que arreglen los
caminos, que
manden médicos
y no que manden
a los
militares”,
concluyó.
Propone
la Codehum que
se organicen
para presentar
la queja formal
En
su turno, el
representante de
la Comisión de
Defensa de los
Derechos Humanos
del estado,
Armando Ramírez,
expuso en la
reunión que los
campesinos deben
organizarse bien
para poder
levantar la
queja en el
lugar en que estén
operando los
militares.
“Nosotros
vamos a traer
secretarias, las
máquinas y ahí
mismo en 30
minutos se hace
el acta, la
firman los
quejosos y ya
queda”.
Después,
comentó a este
reportero que
por el momento
actuarían como
observadores y
que acatarían
la decisión que
los pobladores
tomaran.
“Si
hacen la queja
la canalizaríamos
con la Comisión
Nacional.
Nosotros no
podemos hablar
con ellos (los
militares),
porque no
tenemos ninguna
petición y no
es nuestra
competencia. Yo
informo al
presidente de la
comisión
estatal (Juan
Alarcón Hernández)
y vamos a estar
pendientes de la
reunión que
viene”.
Por
otro lado, el
representante de
Tlachinollan,
Alejandro Ramos,
declaró que es
procedente la
queja, “porque
vemos que hay
varias
violaciones a
los derechos
humanos”.
“Ahorita
nos vamos a
constituir como
observadores,
porque la decisión
la tiene la
comunidad y para
la siguiente
reunión, vamos
a elaborar la
queja en
coordinación
con la
Codehum”,
concluyó.
Denuncian
la OIMPT la
presencia en
Ayutla de
militares con la
cara tapada
*
Soldados rodean
la casa de un
indígena en La
Fátima
El
coordinador de
la Organización
Independiente de
Pueblos Mixtecos
Tlapanecos
(OIPMT), Arturo
Campos Herrera,
informó que
efectivos
militares
rodearon la
madrugada del
jueves la casa
de uno de sus
militantes,
Celestino Felpe
Rufina, en la
comunidad de La
Fátima, en
donde se
encuentran las
tropas desde
hace una semana.
Asimismo,
denunció la
presencia en
Ayutla de un
numeroso e
inusual
contingente
militar, con
efectivos con la
cara cubierta
con pasamontañas
negro, vestidos
con uniformes
camuflados,
portando armas
cortas y
caracterizados
por su estatura
alta y
corpulentos a
diferencia de
los soldados
normales Además,
en los camiones
llevaban
antenas, como
equipos de
comunicación.
Informó
que ese grupo
apareció en el
camino de la
región indígena
mixteca de La
Montaña a
Ayutla, la
madrugada del
viernes, por
donde
transitaban en
una camioneta de
la Organización
el regidor de
Salud del
ayuntamiento,
Donaciano
Morales
Porfirio, su
hermano Ubaldo
Ramírez Herrera
y él.
El
“raro”
contingente
militar viajaba
en un convoy de
dos vehículos,
y se encontró
con el dirigente
indígena y sus
acompañantes
que a la 1:30 de
la mañana
regresaban de la
comunidad de San
Felipe adonde
fueron a dejar a
una mujer con su
bebé muerto
durante el parto
en Acapulco.
“De
regreso a
Ayutla, en el
camino, antes de
La Hacienda, nos
topamos con el
convoy militar,
yo me hice a un
lado para que
pasara, pero
ellos me
marcaron el
alto, se bajaron
como diez, apuntándonos
con las armas, y
cortaron
cartucho.
Estaban con la
cara tapada con
pasamontañas
negro, y
uniformes
militares, la
ropa pinta,
camuflada, y
eran puros
altos”.
“Traían
armas cortas,
con dos o tres
cargadores
sobrepuestos,
diferentes a los
que usa el Ejército
normalmente. Nos
preguntaron qué
andábamos
haciendo a esa
hora. Dijimos
que habíamos
ido a una
comunidad a
dejar a una señora
enferma”.
“El
regidor
Donaciano
Morales les
preguntó qué
estaban
haciendo, y
dijheron que les
habían avisado
que estaban
asaltando en el
camino, que
ellos estaban
patrullando, y
nos preguntaron
si nosotros no
vimos algún
sospechoso”.
Arturo
Campos dice que
no cree en esa
versión de los
militares, y
considera que el
Ejérciro está
en Ayutla para
atemorizar a los
indígenas e
intimidar a los
miembros de la
Organización.
Dijo
que además de
este
contingente,
aparentemente de
grupos
especiales,
siguen en la
región cientos
de soldados;
unos 500 en los
alrededores de
Barranca de
Guadalupe, otro
grupo en La Fátima,
y uno cerca de
Ayutla.
Arturo
Campos manifestó:
“Hemos
insistido en la
salida del Ejército
y el gobierno no
nos hace caso.
Le pedimos a la
Comisión
Nacional de
Derechos Humanos
que paren esta
situación, y a
las
organizaciones
de derechos
humanos no
gubernamentales
que manden
cartas al
gobierno federal
para que
desmilitarice
esta zona”.
Explicó
que en La Fátima
están los
soldados desde
hace una semana,
primero se
establecieron a
500 metros de la
comunidad y el
domingo 18 se
bajaron a la
comunidad misma,
y pusieron
retenes. Este
jueves en la
madrugada
“espantaron a
la gente”, y
rodearon la casa
de Celestino
Felpe Rufina,
mixteco, uno de
los indígenas
sometidos a
esterilización
forzada en 1989,
que ha
participado en
el movimiento en
demanda de
justicia. (De la
Redacción).