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Entregan quejas
a Tlachinollan y
a la OIPMT
Militares
atemorizaron
durante dos
semanas
a
indígenas en La
Fátima, Ayutla,
denuncian
En
una reunión con
representantes
del Centro de
Derechos Humanos
de La Montaña
Tlachinollan y
dirigentes de la
Organización
Independiente de
Pueblos Mixtecos
Tlapanecos
(OIMPT) y de la
Organización de
Pueblos Indígenas
Me’phaa,
autoridades y
vecinos de La Fátima,
comunidad
mixteca del
municipio de
Ayutla,
manifestaron su
inconformidad
por la presencia
de tropas del Ejército
en el poblado, y
manifestaron que
en dos semanas
de estancia ahí,
los soldados
provocaron temor
y afectaron las
actividades de
los hombres, las
mujeres y los niños.
El
coordinador de
la OIPMT, Arturo
Campos Herrera,
informó que el
miércoles 28
acudieron a la
comunidad los
dirigentes y los
abogados de
Tlachinollan,
Alejandro Ramos
y Vidulfo
Rosales, a
solicitud de la
comunidad.
Las
tropas, que
desde el 18 de
enero pusieron
un retén en
medio del
poblado, se
retiraron el
martes 27, a un
sitio a menos de
3 kilómetros,
conocido como
Crucero de Ocotlán,
y desde ahí
regresaban a
patrullar a La Fátima.
Para
hablar con los
defensores de
derechos humanos
y con los
dirigentes indígenas
se reunió la
mayoría de los
vecinos del
pueblo, que
dieron
testimonios y
coincidieron en
el descontento
por la presencia
del Ejército.
Los abogados
levantaron un
acta con la
información que
se dio en la
asamblea, y se
acordó enviarla
a la Comisión
Nacional de
Derechos
Humanos, con una
queja, y la
petición de que
intervenga para
pedir la salida
de los militares
de La fátima y
de toda la región
indígena de
Ayutla.
La
asamblea, a la
que asistieron
unos 40
ciudadanos, según
el dirigente,
también acordó
enviar la
demamda al
presidente
Vicente Fox, al
gobernador René
Juárez, y a la
Comisión de
Defensa de los
Derechos Humanos
de Guerrero
(Codehum).
Arturo
Campos informó
que en la
asamblea, los
indígenas se
quejaron porque
los militares
“llegan al
mero pueblo y no
piden permiso a
las autoridades
para acampar”.
El
maestro de la
escuela primaria
dijo que
mientras estaban
los militares en
el pueblo muchas
niñas no iban a
la escuela,
porque cuando
pasaban por el
retén los
soldados les
chiflaban y les
decían piropos,
lo que es una
agresión.
La
señoras se
quejaron de que
cuando iban a
dejar la comida
a los hombres
que estaban
trabajando en el
campo, los
soldados les
revisaban todas
las tortillas,
una por una y
las ensuciaban
con las manos, y
les preguntaban
a dónde y a qué
iban.
A
los señores
también los
revisaban y los
interrogaban
cuando pasaban
por el retén.
Acerca
de las posibles
motivos de la
presencia de las
tropas en el
pueblo, el
dirigente indígena
dijo que según
lo manifestado
en la asamblea,
no es para
buscar plantíos
de drogas ni
grupos armados,
porque aquí no
hay. Creen que
lo que busca el
Ejército es
intimidar a los
indígenas,
porque ésta es
una comunidad
que se ha
organizado para
defender sus
derechos.
“Creemos
que es una
reacción del
gobierno para
intimidar a los
indígenas para
que no reclamen
sus derechos;
quieren inhibir
la organización
del pueblo”,
dijo Campos
Herrera.
Informó
que hubo un caso
especial, del señor
Celestino Felipe
Rufina, ex
comisario y uno
de los indígenas
que fueron
esterilizados en
1998 y que ha
participado en
el movimiento de
denuncia, quien
denunció que
los soldados se
metieron a su
patio y rodearon
su casa en la
madrugada,
corriendo, con
las armas en
ristre, como
tomando
posiciones para
combatir. (De la
Redacción).