México
D.F. Jueves 29
de enero de
2004
Denuncia la
abogada Zamora
"actos
ilegales"
de la PGR para
complacer al
juez español
Garzón
atestigua
comparecencia de
tres mexicanos ligados
a ETA
Hoy asistirán,
junto con el
fiscal Molina, a
las diligencias
de seis vascos
en el Reclusorio
Norte
BLANCHE
PETRICH
El
juez Baltasar
Garzón y el
fiscal de la
Audiencia
Nacional de España,
Enrique Molina
Benito,
asistieron ayer
a las
comparecencias
de tres
mexicanos
acusados -y
liberados por
falta de
pruebas- de
complicidad con
una presunta célula
de la organización
armada vasca
ETA, que
tuvieron lugar
en las oficinas
del
subprocurador de
Investigaciones
Especializadas
contra la
Delincuencia
Organizada, José
Luis Santiago
Vasconcelos.
El
juez y el fiscal
españoles
anunciaron que
también asistirán
a otras
diligencias que
tendrán efecto
este jueves en
el Reclusorio
Norte, a las que
fueron citados
los seis
ciudadanos de
Euskadi
detenidos en esa
cárcel desde
hace seis meses,
sujetos a un
proceso de
extradición
solicitado por
Garzón, artífice
del embate del
gobierno de José
María Aznar
contra el
independentismo
vasco, como
presuntos
responsables de
"asociación
con terrorismo y
lavado de
dinero".

Hasta
ayer se había
mantenido en
secreto la
presencia de
Baltasar Garzón
y Enrique Molina
en México.
La
abogada
defensora del
coacusado Pedro
Ulises Castro
Vargas, Bárbara
Zamora, alegó
durante la
diligencia -que
presidió el
agente del
Ministerio Público
y director de la
Unidad
Especializada
contra
Secuestros,
Mario Arzabe-
que la presencia
de los dos
funcionarios
extranjeros, que
además
representan a la
parte acusadora,
contraviene la
Ley Federal de
Procedimientos
Penales (artículo
16).
Señaló
que fue un acto
"inconstitucional,
de intimidación
y violatorio de
las garantías"
de su cliente, y
demandó que
Garzón, Molina
y cuatro agentes
de la policía
española que se
encontraban
presentes
desalojaran la
sala.
Arzabe
sólo accedió a
desalojar a los
policías
extranjeros,
pero defendió
la presencia del
juez y del
fiscal "en
su calidad de
interesados",
y esgrimió los
convenios de
cooperación México-
España para
justificarse.
Finalizadas
las diligencias,
que se
realizaron bajo
protesta de la
defensa, el juez
Garzón se
despidió de la
abogada Zamora.
-Nos
vemos mañana
-le dijo,
aludiendo a las
diligencias en
el Reclusorio
Norte.
-Ah,
¿va a estar
usted allá?
-A
eso vine
-respondió el
juez español.
Zamora
advirtió a este
diario:
"Desde
luego vamos a
volver a objetar
la presencia y
participación
de los
funcionarios
extranjeros en
estas
comparecencias.
El artículo 16
del código que
rige estas
actuaciones
judiciales es
muy claro en
delimitar quiénes
tienen derecho a
estar en estas
audiencias: el
agente del
Ministerio Público,
los secretarios
o testigos de
asistencia, el
inculpado y su
defensa. Nadie más".
La
semana pasada el
juez quinto A de
distrito, Javier
Zamudio, resolvió
un amparo contra
la detención
formal con fines
de extradición
de los seis
vascos
detenidos: Juan
Carlos Artola y
su esposa, María
Asunción
Gorrotxategui;
Ernesto Alberdi,
José María
Urkijo, Asier
Arronategui y Félix
Salustiano García.
Sin
embargo, pese a
reconocer que la
forma como
fueron
arrestados fue
ilegal, no
decretó su
libertad
inmediata, sino
que concedió al
juez que dictó
la orden de
arresto, César
Flores, una
nueva
oportunidad para
"reformular"
la documentación
formal. Esta
"orden",
solicitada por
Garzón el 14 de
julio del año
pasado, se
ejecutó cuatro
días después
durante un operativo
de la Agencia
Federal de
Investigación,
que lanzó una cacería
simultánea
en Cancún,
Monterrey,
Puebla, Puerto
Escondido y
Cuautitlán
Izcalli.
Baltasar
Garzón los
acusa de
"asociación
delictuosa,
terrorismo, blanqueo
de capitales y
falsificación
de
documentos"
como presuntos
integrantes de
una célula de
logística de
ETA.

Junto
con ellos fueron
detenidos tres
mexicanos: Pilar
Sosa Espinosa,
Noé Camarillo y
Pedro Ulises
Castro, quienes
fueron
mantenidos en
arresto
domiciliario por
periodos de
entre 50 y 90 días.
Al final, la PGR
no encontró
elementos para
inculparlos y
decretó su
libertad.
El
22 de enero los
tres mexicanos
recibieron un
citatorio de la
Unidad
Especializada en
Investigaciones
de Terrorismo,
Acopio y Tráfico
de Armas, cuyo
titular es Jorge
Serrano Gutiérrez,
para comparecer
"como
indiciados"
ante la agencia
del Ministerio Público
situada en Plaza
de la República
43.
La
víspera,
sorpresivamente,
se les notificó
que la
diligencia se
haría en la
sede de la PGR,
en Reforma 23.
Al llegar los
tres citados con
sus defensores
fueron
conducidos al
piso 8, oficinas
del
subprocurador
Santiago
Vasconcelos,
donde ya los
esperaban Garzón,
Molina y cuatro
agentes españoles.
Durante
la audiencia de
Castro, Arzabe
explicó que
Garzón había
ampliado su
comisión
rogatoria
"porque
-explicó
Zamora- nos dijo
que están
investigando
otras conductas
de los
indiciados. O
sea, otros
delitos
distintos a los
de la averiguación
previa, lo cual
en principio es
ilegal".
Antes
de iniciar el trámite,
la defensora
pidió que la
diligencia se
sujetara a lo
establecido por
la ley federal
sobre la
formalidad de
estos
procedimientos,
y exigió que
quienes fueran
ajenos al
citatorio
abandonaran la
sala.
Arzabe
aceptó la
salida de los
cuatro agentes,
pero alegó el
derecho de los
dos funcionarios
españoles a
asistir al
interrogatorio
que ellos mismos
formularon
"en el
marco previsto
por la comisión
rogatoria y por
el tratado de
extradición
bilateral".
Al
final, en el
acta se asentó
la objeción del
inculpado y su
defensa. Además,
Arzabe no
permitió a
Zamora el acceso
a copias de la
"comisión
rogatoria"
del juez Garzón,
que
presumiblemente
contiene nuevos
elementos para
sustentar la
acusación, en
aras de estar
"protegida
por el sigilo
debido en una
averiguación
previa".
Bárbara
Zamora advirtió
que la PGR y el
Ministerio Público
están
incurriendo en
actos ilegales
"por presión
y para complacer
a Garzón y a
Molina", y
estimó que en
la Audiencia
Nacional de España
"hay
nerviosismo,
tienen miedo de
que el gobierno
mexicano no
conceda la
extradición, ya
que la demanda
de la defensa de
que los seis
vascos tienen
que ser
liberados de
inmediato está
muy sustentada,
al grado de que
la semana pasada
obtuvieron un
amparo. Por eso
están buscando
a ver qué les
fabrican".