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* Silva y Arenas apelarán la condena de 50 años

 Absuelven de rebelión a Padilla y Gatica; siguen presos por otros delitos

 Zacarías Cervantes, corresponsal, Chilpancingo * La sentencia de 50 años de prisión a Jacobo Silva Nogales, el comandante Antonio del ERPI, y a su esposa Gloria Arenas Agís, la coronel Aurora, fue por consigna “y evidencia que es más fácil que salga libre el delincuente más peligroso” que un preso político, dijo ayer Elizabeth Silva Nogales, hermana de Jacobo.

Asimismo, informó que la semana pasada, Felícitas Padilla Nava y su esposo Fernando Gatica Chino, acusados también de pertenecver al ERPI, detenidos en la colonia del PRD de esta capital el 22 de octubre de 1999, fueron absueltos por el cargos de rebelión, que les fincaban en Guerrero y “están libres por ese cargo pero seguirán presos por el de acopio de armas, asociación delictuosa y delincuencia organizada”, indicó.

Elizabeth Silva Nogales participó ayer en la marcha que organizaron varias organizaciones sociales en esta capital para recordar el 31 aniversario de la muerte del guerrillero Genaro Vázquez Rojas.

Entrevistada mientras se realizaba el mitin frente al Palacio de Gobierno, Elizabeth Silva Nogales dijo que a su hermano y su cuñada “por generosidad” del juez que les dictó la sentencia únicamente les rebajaron un día, “eso indica que fueron sentenciados a 50 años menos un día”.

Indicó que Jacobo Silva y Gloria Arenas fueron sentenciados por el delito de homicidio calificado, intento de homicidio, daño en propiedad ajena y rebelión aunque queda pendiente el proceso judicial que les sigue un juez de Toluca por terrorismo, acopio de armas, rebelión, delincuencia organizada y asociación delictuosa.

“Es un proceso amañado porque no hay elementos suficientes que ameriten una sentencia por ese delito, según los abogados, hasta el abogado más inexperto, al ver la sentencia y el expediente dicen que si el caso estuviera apegado a derecho se podría echar abajo así de sencillo. No hay elementos pero se mantuvo la consigna”, denunció Silva Nogales.

Jacobo Silva y su compañera Gloria Arenas fueron detenidos en octubre de 1999, según las autoridades estatales y federales en esta capital en una casa de seguridad de la colonia del PRD, sin embargo posteriormente se evidenció que el primero fue detenido en el Distrito Federal y la segunda en San Luis Potosí.

Elizabeth Silva indicó que actualmente los abogados están por presentar los agravios en la apelación de la sentencia. Ambos son acusados por las autoridades de pertenecer al Ejército Popular Revolucionario (ERPI).

Elizabeth Silva reconoce que no hay muchas esperanzas: “Sabemos que el caso de los presos políticos se maneja de otra manera; es más fácil que un verdadero delincuente, un asesino, narcotraficante o el delincuente más peligroso sea liberado que un preso político; para los presos políticos existe la consigna y la corrupción en el sistema jurídico”, denunció.

Recordó que en una ocasión envió una carta al presidente Vicente Fox a quien le narró cómo fueron detenidos su hermano y su cuñada y le manifestó que eran inocentes, “me contestaron que el caso fue turnado a la Suprema Corte de Justicia y días después la Suprema Corte me contestó que el caso no era de su competencia porque los jueces tienen independencia; pero los jueces no se mueven con independencia, existe la corrupción, aunque en este caso no es por dinero es por mantenerse en el poder”, dijo.

Denunció que los jueces siguen la consigna de sus jefes en contra de los luchadores sociales “porque son beneficiados con premios, como ascensos y eso es lo que los hace mantenerse en su postura”.

Insistió que de acuerdo a la abogada de su hermano y su cuñada, Bárbara Zamora, no hay elementos por los que se les pueda sentenciar, “pero hubo cosas que no se pudieron demostrar por la consigna, aunque presentemos todas las pruebas habidas y por haber esto viene valiendo nada”, se quejó.

La misma Elizabeth Silva informó que la semana pasada, Felicitas Padilla Nava y a su esposo Fernando Gatica Chino, ellos sí detenidos en la colonia del PRD de esta capital el 22 de octubre de 1999, fueron absueltos por el cargos de rebelión, que les fincaban aquí en Guerrero “esa fue otra generosidad de los jueces, les quitan ese cargo, están libres por esa cargo pero seguirán presos por el de acopio de armas, asociación delictuosa y delincuencia organizada”, indicó.