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Presentan 13 testimonios al visitador de la
Codehum
Acusan
en Alpoyecancingo a militares de allanamiento,
cateo y acoso a mujeres
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Los soldados vigilaban a los habitantes y hacían recorridos por
la población abriendo las puertas y metiéndose a las casas sin
permiso de los dueños, supuestamente buscando mariguana,
indican en la queja * Advierten que si los militares regresan,
“los van a enfrentar con palos y piedras”
Zacarías
Cervantes, corresponsal, Chilpancingo * Ciudadanos de la
localidad de Alpoyecanzingo, municipio de Ahuacuotzingo,
ratificaron ante el visitador general de la Comisión de Defensa
de los Derechos Humanos de Guerrero (Codehum), Hipólito Lugo
Cortés, sus denuncias por violaciones a los derechos humanos
por parte de militares el fin de semana pasada.
La
denuncia, que según el presidente del organismo, Juan Alarcón
Hernández, será turnada a la Comisión Nacional de Derechos
Humanos (CNDH), contiene testimonios de 13 de un total de 200
ciudadanos que se reunieron el 10 de febrero con el visitador
Lugo Cortés, con el visitador adjunto, Armando Ramírez Cuevas
y con un representante del Centro de Derechos Humanos de La
Montaña Tlachinollan, Manuel Olivares Hernández.
Los
testimonios que fueron video grabados señalan que “los
elementos del Ejercito tardaron aproximadamente ocho días
acampados en su comunidad supuestamente en un operativo BOM
(Bases de Operaciones Mixtas) con elementos de la Procuraduría
General de la República (PGR) y el agente del Ministerio Público
del Fuero Común, Juan Carlos Ramos López”.
Denuncian
que los militares “de manera permanente vigilaban a los
habitantes y hacían recorridos por la población abriendo las
puertas y metiéndose a las casas sin permiso de los habitantes,
supuestamente buscando mariguana”, señala la tarjeta
informativa que en visitador general envió al presidente del
organismo Juan Alarcón Hernández.
En
la tarjeta en la que se reproducen las denuncias de los
ciudadanos de Alpoyecanzingo, se agrega que el 5 de febrero los
habitantes de esa comunidad les pidieron a los del operativo BOM
que se retiraran, “manifestando éstos que sí, pero siguieron
acampados en el lugar”.
Se
agrega que los policías y soldados se retiraron hasta el 10 de
febrero poco después de las 2 de la madrugada.
Los
testimonios que se reproducen en la tarjeta informativa indican
que los militares “correteaban nuestras gallinas para
agarrarlas y cuando entraban a nuestros domicilios registraban
nuestras cosas y nos tiraban nuestro maíz”.
“Las
mujeres no podían salir a comprar porque las palmeaban en la
espalda, las chuleaban, las querían abrazar y besar y los niños
tampoco podían salir a jugar por el temor que les tenían a los
soldados”.
También
se denuncia que cuando las mujeres salían al campo a hacer sus
necesidades, dichos elementos se encontraban parados cerca de
ellas y que tampoco podían salir a lavar la ropa porque iban a
espiarlas.
En
el documento el visitador general Lugo Cortés, señala que la
demanda generalizada fue la intervención del organismo para que
los militares ya no regresen a esa comunidad “para que no
vuelvan a violar sus derechos humanos y sus garantías
individuales y que si regresan, los van a enfrentar con palos y
piedras”.
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