* Guerrero,
problema mundial: Barco de la Paz
Denuncian
militarización en la región indígena, esterilización y
violaciones
* Los tripulantes del Peace
Boat visitaron Ayutla de los Libres
Ossiel
Pacheco, enviado, Ayutla
de los Libres * Ante una delegación de 80 japoneses de la
organización no gubernamental El Barco de la Paz, que ayer viajó
a este municipio de la Costa Chica, expusieron sus testimonios
familiares de las víctimas de la masacre de El Charco, mixtecos
afectados por la esterilización forzada y las dos mujeres
me’paa violadas por militares.Durante dos horas, en la
explanada del Palacio Municipal en esta ciudad, integrantes de
la ONG Peace Boat, que llegaron por mar el domingo pasado al
puerto de Acapulco, escucharon de indígenas, víctimas de
violaciones a sus derechos humanos, la exigencia de retirar el
Ejército, y de castigo para los autores de las agresiones en
contra de mixtecos y tlapanecos (me’paa).
A su vez, la
coordinadora de programas en los puertos de la ONG, Nami
Yamamoto, integrante del Comité Ejecutivo, ofreció difundir en
Japón el reporte con los testimonios recabados y dejó ver la
posibilidad de que Peace Boat, lleve los casos a la comunidad
internacional en una de las conferencias de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU), en la que tiene estatus consultativo.
A la reunión
en Ayutla de los Libres asistieron los ex presos políticos
Ericka Zamora Pardo, Efrén Cortés Chávez, Bertoldo Martínez
Cruz, del Frente de Organizaciones Democráticas del Estado de
Guerrero (FODEG) y Benigno Guzmán Martínez, de la Organización
Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), así como el dirigente de
la Organización Independiente de Pueblos Mixtecos y Tlapanecos
(OIPMT), Arturo Campos Herrera, uno de los organizadores; el
dirigente del Movimiento 6 de Marzo, Higinio Torres Lucena.
Juana Morales
Guadalupe, esposa de Honorio García, uno de los mixtecos
masacrados en El Charco, primera en intervenir, de entrada negó
que la reunión del 6 de junio de 1998, en la escuela de ese
poblado se tratara del Ejército Revolucionario del Pueblo
Insurgente (ERPI), un día antes de que sucedieran los hechos:
“Todos los mixtecos saben el tipo de reunión que se llevaba a
cabo, no es lo que el gobierno dice”.
“En esa reunión
se buscaba la manera en que como pueblo íbamos a buscar
beneficios como la siembra de árboles, cultivos, uso del
fertilizante, pero el Ejército de manera cobarde masacró a los
campesinos mixtecos”, agregó.
Exigió en
nombre de los deudos de las víctimas, ahí presentes, que el
gobierno castigue a los militares que participaron en la masacre
de El Charco, pues a más de cuatro años de los hechos,
persiste la impunidad, “no se ha actuado”, sino por el
contrario sigue el hostigamiento y la represión en contra de
las comunidades mixtecas por parte del Ejército mexicano.
El
representante de las viudas de El Charco, Bernardino García
Francisco, de la OIPMT, también sobreviviente de la masacre y
ex preso político, dijo que los familiares están demandando
indemnización, porque “no se puede poner oídos sordos” a
los huérfanos y a las viudas y pidió castigo para los
culpables.
Demandó que el
Ejército se retire a sus cuarteles de la parte alta de la montaña
mixteca y tlapaneca, “no queremos que se den más problemas de
este tipo”, dijo.
Apoyadas en la
traducción por la dirigente de la OIPMT Otilia Eugenio Manuel,
quien ha sido hostigada y amenazada mediante anónimos, las indígenas
tlapanecas Valentina Rosendo Cantú, de la comunidad de Barranca
Bejuco, municipio de Acatepec e Inés Fernández Ortega, de
Barranca Tecuani, de Ayutla de los Libres, narraron de manera
breve que fueron violadas sexualmente por militares del Ejército.
Inés contó
que además del abuso sexual
también fue amenazada de muerte por los militares si
denunciaba lo sucedido.
Pidieron a la
ONG su intervención para que los militares agresores sean
castigados.
Sorprendidas
por los testimonios de las tlapanecas, las mujeres de Peace
Boat, escucharon con atención los casos y al finalizar
extendieron un aplauso a ambas.
200 casos de
indígenas esterilizados por la Secretaría de Salud
Campos Herrera,
de la OIPMT, tradujo del mixteco al español los testimonios de
los indígenas esterilizados de manera forzada por la Secretaría
de Salud. Expusieron el caso las víctimas Celestino Felipe
Rufina, Francisco Prisciliano Josefa, Santiago García Benito y
José Toribio Cornelio, quienes llegaron de la comunidad de La Fátima,
así como Lorenzo Acevedo Soledad, Felipe Morales de Jesús,
Sabino Francisco Pedro, del poblado Ojo de Agua.
Dijeron que el
daño no ha sido reparado, y argumentaron que al ser
esterilizados ya no pueden trabajar de manera normal.
Arturo Campos
denunció que aun cuando sólo han sido documentados 18 casos de
indígenas esterilizados, hay más de 200 casos entre hombres y
mujeres mixtecos de diversas comunidades los que fueron
esterilizados bajo engaño, pues les hicieron firmar hojas en
blanco que la Secretaría de Salud utilizó a su antojo.
Al frente de la
delegación de japoneses de la ONG iban Nohira Shinsaku y Nami
Yamamoto, del Comité Ejecutivo, quienes coordinaron el viaje
con los organizadores guerrerenses Andrés Alvarez Estrada,
Lamberto Flores Zaragoza y Julio Marcos Matías, activistas del
PRT. Esta ONG contactó desde hace 3 años para llevar a cabo
esta visita a Guerrero con Nuria Fernández, de la Red Sociedad
Civil de México.
La comunicación
con el estudiante de la UNAM Higinio Muñoz, del Comité
Estudiantil Metropolitano, compañero de la ex presa política
Ericka Zamora Pardo, quien viajó como tripulante en el barco
que arribó a Acapulco el domingo 21 de julio fue fundamental
para el conocimiento de los casos de las masacres de El Charco y
Aguas Blancas.
Yamamoto dijo
que noticias de las violaciones a los derechos humanos no llegan
a Japón, por ello eligieron a Guerrero para escuchar “sus
voces en vivo”, porque al persistir este tipo de atropellos no
sólo es responsabilidad de la sociedad de México, sino es
compartida con la comunidad internacional.
Dijo que los
japoneses de la ONG se van sorprendidos por el caso de las
esterilizaciones forzadas, “porque se trata de algo
estructural” y aseguró que “nos sorprende que el caso de
las masacres de Aguas Blancas y El Charco, siendo violaciones a
los derechos humanos tan fuertes no lleguen a la comunidad
internacional”.
Adelantó que a
partir del 15 de agosto van a difundir en japonés e inglés los
testimonios recabados durante esta visita en Japón, aunque
reconoció que van a tener serios problemas por la traducción
de todos estos casos documentados.
Antes de
escuchar los testimonios de las víctimas, la delegación
japonesa a su llegada a esta localidad de la Costa Chica, en la
explanada del Palacio Municipal junto al Zócalo presenciaron
bailes típicos del Club de Danza Daniel Vargas, que
interpretaron chilenas de esta región y sones de artesa. Un
grupo de mixtecos interpretó la danza de La Conquista.
El inusual
encuentro intercultural atrajo la atención de los habitantes de
la cabecera municipal. En contrapartida, jóvenes que participan
en la ONG interpretaron el Nanchu–Soran un baile típico de
los pescadores de la provincia Hokkaido, ubicada al norte del
archipiélago japonés.
El síndico de
Ayutla, Samuel Calderón, en ausencia del alcalde, Fortino
Caballero Villalobos, agradeció a la delegación de El Barco de
la Paz la visita que inició a las 11 de la mañana y terminó
poco después de la 1 de la tarde de ayer, pues regresaron a
Acapulco para partir en la misma tarde. El buque de esta ONG
zarpó a las 5 de la tarde de ayer con rumbo a Vancouver, Canadá.
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