* Sigue la
violación sistemática a los derechos: Abel Barrera
Contra
el Ejército, la mayoría de las denuncias ante Amnistía
Internacional
Maribel
Gutiérrez * Tres funcionarios de Amnistía Internacional
del equipo para América Latina: Rupert Knox, Kerrie Howard e
Ignacio Saiz, recabaron ayer en Acapulco denuncias y testimonios
de víctimas de violaciones a los derechos humanos que trataron
cinco casos, de los cuales cuatro tienen como autoridad
responsable de las violaciones a efectivos del Ejército y una a
ex directores y ex comandantes y agentes de la Policía Judicial
del Estado.
Este martes,
primer día de trabajo en Guerrero, acudieron a presentar sus
quejas campesinos de Petatlán, indígenas de Ayutla y
familiares de presos políticos, de ecologistas perseguidos y de
desaparecidos recientemente. Los asistentes informaron sobre sus
denuncias antes de exponer sus historias, a puerta cerrada, ante
los representantes de Amnistía Internacional y miembros de la
Red Guerrerense de Derechos Humanos, encabezados por el director
del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, Abel
Barrera Hernández.
La dirección
de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de
Petatlán y Coyuca de Catalán, por medio de su presidente, Juan
Bautista Valle, habló del hostigamiento a las comunidades por
tropas del Ejército, que protegen la explotación de los
bosques y a los caciques. Dijo que desde hace una semana las
tropas se encuentran en El Rincón del Refugio, ejido de San José
de los Olivos, donde habitan cinco campesinos ecologistas que
tienen órdenes de aprehensión, y temen ser detenidos por los
soldados.
También
acudieron familiares de presos ecologistas, de miembros del
Comité de Presos Políticos y de Conciencia de Acapulco, y de
perseguidos por el Ejército en la sierra de Petatlán.
Acudieron
cuatro de las vuidas de la masacre de El Charco, acompañadas
por dirigentes de la Organización Independiente de Pueblos
Mixtecos Tlapanecos.
De la misma
Organización se presentaron las indígenas me’paa que fueron
violadas por soldados, Velentina Rosendo Cantú, de la comunidad
de Barranca Bejuco, municipio de Acatepec, e Inés Fernández
Ortega, de Barranca Tecuani, municipio de Ayutla de los Libres.
Las jóvenes
estuvieron acmpañadas por el dirigente de la Organización,
Arturo Campos Herrera, y por la coordinadora de la región
me’paa, Otilia Eugenio, que igual que las mujeres violadas ha
sido amenazada por militares a raíz de las denuncias.
Asimismo, el
comisario de Barranca Bejuco, Ezequiel Sierra Morales, llevó el
caso de su comunidad, amenazada por el ayuntamiento de Acatepec
con desconocerla y retirar el sello a las autoridades con motivo
de las mismas denuncias contra el Ejército.
“El
presidente municipal de Acatepec (Jerónimo Godoy) dijo en una
reunión de cabildo el 27 de mayo que no es cierto que violaron
a Valentina y que nosotros nada más andamos calumniando a los
militares”, explicó.
Informó que la
comunidad, compuesta por 287 habitantes, demanda que se respete
su existencia, y exige castigo a los militares que violaron a
las mujeres y la salida de las tropas de la región, que
actualmente se encuentran en un retén en Mesoncillo.
De los casos de
nueve desaparecidos recientes asistieron los familiares de
Faustino Jiménez Alvarez, desaparecido desde el 17 de junio de
2001 en Tierra Colorada, y la esposa de José Rodríguez Román,
Patricia Acaraz, desaparecido en Tixtla el 6 de julio de 2000.
Abel Barrera
informó que Amnistía Internacional determinó venir a Guerrero
(además del DF, Oaxaca y Chiapas) porque aquí se mantiene un
patrón de violaciones sistemáticas a los derechos humanos, con
ejecuciones, desapariciones forzadas, torturas, detenciones
arbitrarias, hostigamiento a las comunidades indígenas y
amenazas a defensores de derechos humanos.
Este miércoles,
los represnetantes de Amnistía Internacional y de la Red
Guerrerense darán una conferencia de prensa sobre los trabajos.
Amenazas
contra mujeres me´paa
Otilia Eugenio,
de 18 años, coordina el trabajo de la Organización
Independiente de Pueblos Mixtecos Tlapanecos (OIPMT) en la región
me’paa (tlapaneca). A raíz de las denuncias contra soldados
del 41 Batallón de Infantería, por violaciones sexuales a
Valentina Rosendo Cantú y a Inés Fernández Ortega, ha sido
amenazada por soldados y por un agente de inteligencia militar.
Estas amenazas
se suman al hostigamiento del Ejército y policías judiciales
del estado contra su comunidad, Barranca de Guadalupe, desde el
año 2000, que no han parado.
“Por las
denuncias que hicimos de Inés andan atrás de nosotros, vigilándonos,
y desde el 7 de junio me han llegado anóminos, me citan a un
lugar, me amenazan de muerte, dicen que van a acabar conmigo, y
si no me entrego yo van contra mi familia”.
Informa que los
últimos días de mayo, un agente de inteligencia militar, que
el 7 de junio fue localizado en El Charco, en el cuarto
aniversario de la masacre, subió a su comunidad, en la región
me’paa, y le dijo que los militares denunciados como
responsables de las violaciones a Valentina y a Inés se iban a
vengar de las tres. Otilia ha sido la traductora de los
testimonios de las mujeres violadas del idioma me’paa al español.
Castigo
a los militares responsables de la masacre de El Charco
Cuatro vuidas
de la masacre de El Charco: Juana Morales Guadalupe, esposa de
Honorio García Lorenzo y madre de cinco hijos; María Abarca
Modesto, viuda de Mauro Morales Castro, madre de 8 hijos;
Caltalina Leobardo Aurelia, esposa de Fernando Félix Guadalupe,
con seis hijos y Margarita Joaquina Castro Morales, viuda de
Mario Chávez Morales, con seis hijos, vinieron a exponer su
demanda de justicia.
En idioma
mixteco, expuso María Abarca: “Queremos que se castigue a los
responsables de los asesinatos de El Charco, porque a los cuatro
años no se ha hecho nada, ni se ha dicho quiénes son los
culpables”.
Las cuatro
viudas explican que en cuatro años, el gobierno no ha dado una
indemnización a las familias afectadas, sólo les ha dado
algunas migajas, de 3 mil o 5 mil pesos, que no les sirven para
las necesidades de sus hijos que se quedaron huérfanos.
María dice que
las familias de los muertos han sufrido en estos cuatro años, y
también las familias de los presos.
Juana Morales
dice que vino a la reunión con Amnistía Internacional porque
tiene confianza en que sí se puede hacer justicia, si ellos
(las ONG) exigen al gobierno federal que se retome el caso de El
Charco.
Hostiga
el Ejército a las comunidades ecologistas de la sierra de
Petatlán
El presidente
de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de
Petatlán y Coyuca de Catalán, Juan Bautista Valle, dijo:
“Venimos a dar a conocer el hostigamiento del gobierno (el Ejército)
a las comunidades de la parte media de la sierra, y también los
casos de los presos y los perseguidos que tienen órdenes de
aprehensión”.
Señaló que
también habló del asesinato de la abogada Digna Ochoa, y le
preguntaron si sabía quién es el autor del crimen, y contestó
que no sabe, pero que piensa que el responsable está en el
gobierno, que es como la matanza del 68, y otros casos de
defensores, porque a los que defienden al pueblo los matan.
Afirmó que en
la sierra sigue la alianza de los madereros con el Ejército, y
que las tropas protegen la salida de la madera, como en
Vallecitos de Zaragoza, donde siguen sacando mucha madera con
protección de militares.
Dijo que nueve
campesinos ecologistas tienen orden de aprehensión; “por
defender los bosques los caciques los acusan de que son
tapados”, es decir guerrilleros, “cuando en esas comunidades
no hay guerrilla y la lucha de los ecologistas siempre ha sido
legal”.
“Los
militares llegan con el pretexto de destruir enervantes, pero se
pasan cerca de las casas, porque en esa región, de los ejidos
de La Botella y San José de los Olivos, no hay narcotráfico.
Señaló que actualmente hay tropas en El Rincón del Refugio, a
donde llegaron hace diez días, y preocupa a los habitantes
porque en ese lugar vive la mayoría de los que tienen orden de
aprehensión.
Asistieron
también a la reunión con Amnistía Internacional familiares de
los presos ecologistas y presos políticos, Julia Ayala
Arellano, esposa de Alfredo García Torres; Gloria Vida Santana,
de Omar Guerrero Solís; Amada Landeros, de Pilar Martínez Pérez;
Lucía Villaseñor, de Moisés Martínez Torres, y el papá de
Francisco Ramírez Santana. Además, Praxedis Torres Chavarría,
mamá de Roberto Cabrera Torres, uno de los ecologistas
perseguidos.
Judiciales
en desapariciones forzadas
Enedina
Cervantes Salgado y Enedina Alvarez González, esposa y madre
del desaparecido Faustino Jiménez Alvarez, llevaron la denuncia
en la que aparecen como responsables de la desaparición forzada
directamente el comandante de la Policía Judicial del Estado
Fidel Morales Vargas y el jefe de grupo Manuel de Jesús
Noriega.
Con su abogada,
del Centro de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón,
Matilde Pérez, expusieron que a pesar de las denuncias en las
procuradurías del estado y federal no se ha investigado para
determinar quiénes son los responsables de esta desaparición,
desde el 17 de junio de 2001, relacionada con el secuestro del
empresario y líder cetemista en Acapulco José Valle Alvarez, y
en la que tuvieron que ver los hermanos del plagiado, entre
ellos Raúl Valle, informan.
Patricia
Alcaraz Abarca es esposa del desaparecido José Rodríguez Román,
comerciante de Tixtla que fue detenido el 6 de julio de 2000 por
agentes de la PJE al mando del comandante Fortunato zamora paz,
actualmente prófugo.
En un primer
momento, explica, ella pensó que era un secuestro, y los
supuestos plagiarios la hicieron pagar 200 mil pesos por el
rescate. pero después se supo que había sido detenido por la
udicial del Estado, con el pretexto de que era sospechoso de ser
secuestrador del empresario Raúl Astudillo.
Dice que desde
el principio, el la procuraduría de Justicia del Estado sabían
que José Rodríguez Román estaba detenido, y le ocultaron la
información a la familia.
“No
investigan nada, no agarran a nadie, hay corrupción, porque están
involucrados”, afirma Patricia Alcaraz, como síntesis de la
actuación de las autoridades en dos años.
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