*
Niega en el Juzgado la portación de un
AK-47
Denuncia
que fue torturado por el comandante
de la PJE, Castro Magno
*
Los dictámenes médicos hechos a Francisco
García Camarillo confirman los tormentos,
dice su abogado José Sánchez * Sigue
desaparecido Joaquín Pérez Domínguez,
arrestado también el sábado en la mañana
en Atoyac
En
el Juzgado Segundo de Distrito, el detenido
Francisco García Camarillo, acusado de
portación de un AK-47, cuerno de chivo, negó
el cargo, y denunció que fue detenido,
desaparecido y torturado durante más de 24
horas por agentes de la Policía Judicial
del Estado encabezados por el comandante
Salvador Castro Magno, de Atoyac.
Informó
que después de su detención, en una de las
principales calles de Atoyac, el sábado 7 a
las 9 de la mañana, fue inmediatamente
vendado de los ojos y trasladado a un sitio
desconocido, al que los judiciales llamaban
“allá arriba”, aparentemente una casa
de seguridad, donde escuchaba gritos de
dolor de otros detenidos que estaban siendo
torturados.
El
abogado José Sánchez, defensor de García
Camarrillo, informó que con él fue
detenido Joaquín Pérez Domínguez, quien
sigue desaparecido. Por este caso, el
abogado presentará una queja en la Comisión
de Defensa de los Derechos Humanos de
Guerrero.
También
informó que para demostrar el delito
fabricado a su defendido interrogará al
perito de la Procuraduría General de la República,
sobre el arma que según la acusación
llevaba su defendido, que él y los testigos
niegan, y que tiene la apariencia de
inservible y oxidada.
Dijo
que según el parte informativo, los policías
judiciales del estado que ejecutaron la
detención son Juan de Dios González Velázquez,
Gabriela Gallegos Arellanes y Teodoro
Valente Cruz.
Sin
embargo, señaló que la esposa del
detenido, que fue testigo de la aprehensión,
Honoria Tapia Martínez, reconoció, entre
los judiciales que se llevaron a su esposo y
al amigo que iba con él, al comandante en
Atoyac, Manuel Salvador Castro Magno.
Indicó
que el detenido dijo ayer en el Juzgado que
identifica Castro Magno como el que estaba
al frente de los torturadores.
Relató
que el sábado 7 lo tuvieron todo el tiempo
vendado, bajo tortura, en una casa de
seguridad, probablemente en Atoyac.
El
domingo 8 en la mañana lo trasladaron a un
lugar por la brecha a la sierra de Cacalutla
a El Quemado.
Dice
que los judiciales le preguntaban por un
grupo armado, y el detenido los llevó a una
casa donde sólo se encontraba una mujer
afectada de facultades mentales.
Los
judiciales se enojaron más, y uno de ellos
le quitó la venda y le dijo que conociera a
quien lo iba a matar; era el comandante
judicial Salvador Castro Magno, que simuló
una ejecución, primero con un disparo a un
costado del detenido, y después otro muy
cerca de la oreja, que le reventó el tímpano.
El
abogado informó que las lesiones que tiene
el detenido, incluso las del tímpano,
constan en el dictamen médico de la doctora
de la PGR, María Marta Olvera, quien dice
además que se necesita que le tomen
radiografías y que se analicen las
lesioines auditivas.
Además,
señala que tiene lesiones en el cuerpo, en
los brazos y pecho, donde tiene la marca de
una bota.
También
en el certificado médico del reclusorio de
Acapulco, firmado por el médico Norberto
Antonio Néstor Blas, consta que el detenido
tiene hematomas y escoriaciones en el dedo
pulgar, cuello y región lumbar.