* Ni a su
peor enemigo le desea Puente Grande
Demostrará
que es inocente del caso López García,
dice Angel Guillermo
Alfredo
Mondragón * El profesor de educación física y militante del
PRD Angel Guillermo Martínez González, acusado de la muerte
del hijo del diputado perredista Marco Antonio López García
y de presuntos vínculos con el Ejército Revolucionario del
Pueblo Insurgente (ERPI), insiste que demostrará a la
sociedad que es inocente.
El
preso político recordó que López García, en un careo que
sostuvieron, dijo que no creía que él hubiese sido el autor
del atentado y declaró ante el juez que “días antes fue
amenazado de muerte por algunas personas entre ellas Antonio
Valdez Andrade”.
Después
de tres años y cuatro meses de haber estado en el penal de máxima
seguridad de Puente Grande, Jalisco, Martínez González dice
que estar en esa cárcel “no se lo deseo ni a mi peor
enemigo, parece que los custodios gozan con ver sufrir a los
internos y que es su meta diaria hostigarnos”.
Vía
telefónica, el preso político agradeció públicamente al
gobernador René Juárez Cisneros, a la Comisión de Derechos
Humanos, su abogado Eduardo Murueta, a todas las
organizaciones sociales y políticas por haber logrado su
traslado de Puente Grande al penal de Las Cruces, en este
puerto.
Angel
Guillermo Martínez fue detenido el 8 de octubre de 1999,
acusado por la Procuraduría General de Justicia del Estado
(PGJE) como el supuesto autor material del atentado al
entonces regidor electo del PRD, Marco Antonio López García,
en el que murió su hijo Marco Antonio López Hernández,
ocurrido la madrugada del 4 de octubre, un día después de
las elecciones locales en las que el PRD ganó por primera vez
el municipio de Acapulco, en coalición con otros partidos y
con su candidato Zeferino Torreblanca.
La
PGJE también lo acusó de posesión de municiones
presuntamente del ERPI, junto con su esposa Virginia Montes
González al igual que pretendieron involucrar al ex diputado
Juan García Costilla y su hijo Almícar García Estrada.
Martínez
González recordó que estuvo tres días bajo tortura en manos
de agentes de la Policía Judicial del Estado, tanto en el
Campo Militar de Chilpancingo como en la Novena Región
Militar en Acapulco porque “querían involucrarme y que
declarara que pertenecía al ERPI, cosa que nunca acepté,
porque no lo soy”.
Con
respecto al atentado de Marco Antonio López, único proceso
por el cual está detenido, dijo que: “No puedo aceptar algo
que no cometí, el día de los hechos no estaba en Acapulco
sino en Ayutla”.
Con
respecto a la posesión de municiones supuestamente del ERPI
–hecho por el cual fue sentenciado a un año, 10 meses y 15
días de prisión, condena que ya cumplió– insistió que
fueron sembradas por la PJE una noche antes del hallazgo y
reprochó que el tribunal federal “nunca aceptó las
declaraciones de mis testigos de descargo”.
Este
preso también enfrentó otro proceso penal en Puente Grande
por la supuesta posesión de una pistola, supuestamente
utilizada en el atentado al ex regidor, hecho que asegura
“fue sembrada por la judicial” por la cual obtuvo una
sentencia de cinco años, pero sus abogados apelaron y
redujeron la condena a dos años.
Sin
embargo, Angel Guillermo Martínez interpuso amparo federal
contra la sentencia por la posesión del arma, juicio federal
que ganó porque demostró que no iba armado en el momento de
la detención y porque los judiciales que acudieron a una
diligencia de careo “no eran quienes me habían detenido y
por eso salí absuelto”.
Actualmente
Martínez González sólo está procesado por el atentado a
Marco Antonio López e indicó: “Si fui absuelto por la
pistola, y mis supuestos cómplices Juan García y su hijo Almícar
y mi esposa Virginia fueron absueltos ¿Cómo es que estoy
preso”.
Recordó
lo ocurrido en un careo con el diputado perredista López García:
“Yo le dije que no fui quien atentó contra su vida y la de
su hijo porque nunca tuvimos diferencias, al contrario siempre
trabajamos políticamente juntos, él aceptó que no creía y
dio al juez nombres de algunas personas que días antes lo habían
amenazado, entre ellos, Antonio Valdez Andrade”.
dijo
que espera que ya concluya ese proceso penal porque voy a
demostrar a Marco Antonio y a la sociedad que soy inocente,
que no tuve ni tengo ningún interés político de ninguna índole
para agredirlo”
Concluyó:
“Soy militante del PRD, pero nunca he vivido del partido, de
la política, del ayuntamiento, de los regidores, de las
migajas que los gobiernos andan repartiendo como a ciertos
dirigentes de colonias, sino de mi trabajo que era ser árbitro
de fútbol”.