* Presentan al
Grupo de Trabajo 59 casos de aprehensiones ilegales
El
Ejército, primero en detenciones arbitrarias,
en un informe a la ONU
*
Miembros de organizaciones sociales y civiles y familiares
plantearon denuncias ante los funcionarios de las Naciones
Unidas, con el interés de que el organismo internacional actúe
para contrarrestar estas violaciones
Raquel
Santiago Maganda * Familiares de desaparecidos y organizaciones
sociales y civiles del estado presentaron al Grupo de Trabajo
sobre Detenciones Arbitrarias de la Comisión de Derechos
Humanos de la ONU 59 casos de personas detenidas con la
expectativa de que el organismo internacional conozca las
condiciones y actúe para contrarrestarlas.
En
el hotel Hyatt Regency la mesa de trabajo privada estaba
proyectada con una duración de dos horas se prolongó hasta 3
horas y media por el número de casos de detenciones arbitrarias
que diferentes organizaciones denunciaron.
Acudieron
a la cita con la comisión encabezada por su presidente Louis
Joinet la Red Guerrerense de Derechos Humanos, los centros de
derechos humanos de La Montaña Tlachinollan, Centro de Derechos
Humanos La Voz de los Sin Voz, Mahatma Gandhi y Sembrador de
Esperanza, la Comisión Regional de Derechos Humanos José María
Morelos y Pavón y el Instituto Guerrerense de Derechos Humanos.
También
el Frente de Organizaciones Democráticas de Guerrero (FODEG),
la Asociación Tierra y Libertad, el Movimiento Vicente
Guerrero, la Organización de Pueblos y Colonias de Guerrero, el
Movimiento 6 de Marzo y la Organización Independiente de
Pueblos Mixtecos Tlapanecos.
El
director de Tlachinollan, Abel Barrera; el dirigente de la
Organización Campesina de la Sierra del Sur, Benigno Guzmán,
los dirigentes del FODEG, Bertoldo Martínez y José Luis
Morales, y la presidenta de La Voz de los Sin Voz, Hilda
Navarrete, coincidieron en la expectativa de que los organismos
internacionales de los derechos humanos conozcan los problemas y
puedan emitir recomendaciones que sean acatadas por el gobierno
de México.
En
un informe que presentaron a los representantes de la ONU
aseguraron que los grupos policiacos del estado tienen “descrédito
con su vinculación con el crimen organizado y por sus
actuaciones estralegales que inician con detenciones arbitrarias
que ocasionan más violaciones a los derechos humanos de los
detenidos”.
Después
familiares y dirigentes expusieron cada uno de los 59 casos de
detenidos. En resumen denunciaron 26 casos de detenciones
arbitrarias por parte de la Policía Judicial del Estado, 31
casos por miembros del Ejército y dos casos especiales contra
autoridades indígenas que fueron detenidas por la aplicación
de su ley.
Los
comisionados de la ONU mostraron especial interés por las
detenciones hechas por el Ejército. Preguntaron sobre la forma
en que fueron detenidas las personas, lugares, y los tipos de
tortura que aplicaron. En ocasiones, según versión de algunos
denunciantes, solicitaban especificar detalles de hora y si las
detenciones fueron realizadas por miembros del Ejército, además
detalles de las condiciones en caso de haber aislamiento y los
golpes en cada parte del cuerpo, así como el daño psicológico
que aplicaban.
La
mayoría de los denunciantes aseguran que las detenciones no
contaban con una orden judicial.
También
mencionaron la posible existencia de listas negras de supuestos
guerrilleros o narcotraficantes.
El
falta de una investigación seria por parte de las autoridades
encargadas de impartir justicia también fue denunciada, además
de la guerra sucia en donde participaron los recién
sentenciados generales Mario Arturo Acosta Chaparro y Francisco
Quirós Hermosillo.
Mencionaron
la recomendación 019/2002 sobre nueve desparecidos emitida por
la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Guerrero
(Codehum) a la Procuraduría General de Justicia del Estado
(PGJE), que plantea investigar y castigar a ex directores,
comandantes y agentes de la Policía Judicial.
Los
casos ante la ONU
Uno
de los casos denunciados fue el del campesino Catalino Benítez
Hernández de 32 años, detenido por el comandante de la PJE,
Antonio Fuentes Cadena, que no mostró documento de aprehensión.
Las
características de su detención fue que tras haberlo torturado
físicamente, lo tuvieron cuatro días desaparecido y otros
cuatro días lo tuvieron en los separos de la Policías de
Tecpan de Galeana. Lo presentaron a declarar el 22 de noviembre
de 1990 ante el Ministerio Público para después trasladarlo al
Cereso de Acapulco, acusado de secuestro y homicidio, y de
portación de arma exclusiva del Ejército.
El
indígena Fidel García Ramírez, de 27 años, fue detenido por
el mismo comandante Antonio Fuentes Cadena el 15 de junio de
1997 en la comunidad de Xocoyolzintla, municipio de
Ahuacotzingo, sin orden de aprehensión, y acusado de posesión
y portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército.
El indígena milita en el PRD y es miembro de la Organización
de Pueblos y Colonias de Guerrero (OPCG).
Otra
denuncia fue del campesino Misael De la Cruz Soto, de 25 años,
conocido por su militancia perredista y en la Organización
Campesina de la Sierra del Sur (OCSS). Los familiares detallaron
que la aprensión fue el 18 de mayo de 1998 en Zihuatanejo por
parte del comandante de la PJE, Tomás Herrera Basurto, que no
mostró orden de aprehensión. El detenido fue acusado de
secuestrador y lo torturaron al golpearlo y pretenderlo asfixiar
con bolsas de plásticos para que se declarara culpable.
El
9 de agosto de 1998, el campesino Joviel Rafael Ventura, de 30 años,
fue detenido en la calle principal de La Quebrada, en Acapulco,
por miembros de la Policía Judicial del Estado, sin orden
judicial. Relataron que del Cereso fue llamado a la Secretaría
General de Gobierno para presentarlo ante el Procurador de
Justicia y después con agentes federales, acusado de portar una
arma y de secuestrador y de pertenecer al ERPI.
En
el relato también mencionaron que estuvo desaparecido durante
11 días, durante este lapso aseguraron familiares que fue
torturado física y psicológicamente en cárceles clandestinas
por diferentes corporaciones policiacas y militares para que
firmara una hoja en blanco y aceptara ser miembro de un grupo
armado. Hasta el momento se encuentra recluido.
Otro
caso expuesto fue de el ama de casa María Guadalupe Soto Avila,
quien fue detenida por el delito de secuestro en el mercado
central de abasto el 27 de febrero de 1999. Relataron que los
policías judiciales la obligaron a llevarlos a su domicilio, en
donde se introdujeron violentamente sin mostrar orden y sacaron
de allí a su esposo y a ambos los subieron al vehículos sin
informarles a dónde se dirigían.
El
28 de julio de 2000, el ama de casa y perredista Azucena
Villamar Pasión de 24 años de edad, fue detenida en Apango por
el comandante Fidel Morales Vargas de la PJE, acusada de
secuestro. En la denuncia ante la ONU dice que la golpearon y la
amenazaron de muerte, además le metieron la cabeza en bolsas de
plástico y la mantuvieron tres días sin comer ni tomar agua.
Los
familiares del indígena Victoriano Eugenio Manuel de 21 años,
informaron que fue detenido sin orden judicial el 5 de enero de
2001 en Ayutla de los Libres. El campesino miembro de la
Organización Independiente de Pueblos Mixtecos y Tlapanecos fue
detenido por Cristóbal Miranda de la Policía Judicial del
Estado supuestamente por el delito de homicidio calificado,
relató su hermana Andrea.
Los
casos atribuidos al Ejército
En
las 31 detenciones arbitrarias atribuidas al Ejército, el
factor común es la falta de orden judicial, como en el caso del
indígena náhuatl Luis Gonzaga Lara, en Tehuactitlán,
municipio de Olinalá.
A
Luis Gonzaga lo acusaron de pertenecer al EPR. Este caso fue
incluido en la recomendación 100/97 emitida por la CNDH y también
se encuentra en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El
profesor indígena Leonardo Bardomiano Morales fue detenido el
26 de mayo de 1997 en San Martín Jolalpan, municipio de Cualac,
sin orden de aprensión, y fue vinculado con el EPR.
Los
casos de Ericka Zamora Pardo y Efrén Cortés Chávez también
fueron denunciados, por su detención arbitraria en la comunidad
de El Charco, municipio de Ayutla de los Libres, y que fueron
remitidos al Cereso de Acapulco acusados de terroristas,
asociación delictuosa, acopio de armas y portación de armas.
El 23 de junio de 1998 les imputaron los delitos de rebelión,
conspiración e invitación a la rebelión, sin haber presentado
orden judicial.
Los
indígenas
Caso
especial también fueron las detenciones de autoridades indígenas
por la falta de una ley que reconozca constitucionalmente los
derechos de los pueblos indígenas.
El
comisario ejidal Lucas Gaspar Francisco de la comunidad de
Chiepetepec, municipio de Tlapa de Conmonfort, fue detenido por
un conflicto contra el campesino Salvador Martínez Verea a
quienes acusan de apropiarse de terrenos ejidales de manera
irregular.
Pero
el detonante de la pugna fue la pretensión de apoderarse de un
terreno destinado al uso ceremonial y considerado sagrado porque
cada 28 de septiembre allí se da gracias a sus deidades por el
buen temporal de maíz, el lugar es conocido como Tlatlazohuaya.
Salvador Martínez cercó el lugar y construyó dos casas, las
cuales después fueron destruidas y el MP giró órdenes de
aprehensión contra el comisario y los ciudadanos.
Otro
caso es el del comisario municipal de Santa Cruz Lomalapa, Julián
Vázquez Menor, y vecinos de Temalacatzingo, municipio de Olinalá,
por el conflicto ejidal con Pablo Marcos García por un
manantial de agua, que antes de ser apropiado de manera
irregular le pertenecía a la comunidad.El comisario municipal
fue detenido por la Policía Judicial por el delito de robo, y
se giraron órdenes de aprensión contra vecinos de comunidades
aledañas.En el informe de plantea que las acciones son
respaldadas por asambleas comunitarias y las autoridades
encargadas de procurar y administrar justicia desconocen los
sistemas normativos de los pueblos indígenas. |